Mis recetas del 2014

Maqluba de pollo

Abril 2014

Pasado el fatídico 2013 en que a punto estuve de que me destripasen en la Clínica Montpellier de Zaragoza a manos del infausto Dr. Resa, amén del resto de calamidades provocadas por esa estafa que algunos han llamado crisis, he retomado el nuevo año con nuevos proyectos, algunos de los cuales, como lograr el DALF C2 de francés, que ya está en el esportón, otros como el post grado en Nutrición, Salud y Alimentos funcionales, también liquidado, y otros que están en cartera en espera de ver la luz, pero que no cito por miedo a las tijeras de las parcas.

Y como siempre, mientras con el rabo mato moscas, pues sigo haciendo cocinitas, algunas muy ricas y sobre todo con matices novedosos, porque siempre es divertido descubrir nuevos sabores dentro de la más tradicional cocina doméstica, para hacer el indio con espumas, lienzos y crujientes, ya están los levitantes estrellas Michelin, que este año se han lucido con cresta y todo (DiverXO).

Recuerden que todas las recetas que pueden ustedes consultar en esta web son absolutamente personales, creaciones propias, nada que ver con este nuevo mundo bloguero en que un mismo plato aparece varias docenas de veces atribuido a otras tantas señoras sin escrúpulos que presumen de cocineras autoras a través del trabajo ajeno.

Si el año pasado lo cerré con casi ochenta nuevas recetas con las que enriquecer nuestra mesa, este 2014 no parece que vaya a quedarme atrás, y desde luego quiero reconocer públicamente que toda esta vorágine se debe sin el menor género de dudas a mi niña, Elenita, a quién le encanta cocinar y me prepara golosinas que no puede dejar de fotografiar y describir, porque son creaciones (muchas de corte árabe) que incluso están revolucionando las cocinas asturianas, como su famoso Maghmour libanés que ha creado adeptos hasta en la convencional Salinas, lo nunca visto.

¡Ah! Y todas ellas preparadas sin gluten, un regalo para los celiacos que ni me han escrito un e-mail de agradecimiento, salvo mi chica, claro.

Carpe diem y disfruten cocinando, que solo se vive una vez y guisar y comer son placeres terrenales que sin duda nos serán reconocidos en el juicio final.