Mis recetas del 2016

Lo digo por lo de los “chorizos”, porque apenas hemos salido de las Navidades y ya estamos viendo cada día un nuevo escándalo, una nueva movida que conmueve a los ciudadanos que, contribuyentes a la fuerza, tenemos que asistir como invitados de piedra al espectáculo de un falso juicio montado a guisa de circo para escabullir a una infanta, mientras la propia abogacía del estado afirmaba que eso de que Hacienda somos todos, es solo un mensaje publicitario.

Políticos que se conchaban para defender su poltrona aún a costa del sufrimiento de sus votantes, como el sainete que presenciamos el domingo diez de enero en Cataluña. Personajes grotescos que logran auparse a un sillón de diputado con discursos que ni engañan a sus correligionarios, como pasó con Pedro Sánchez. Otros populistas que sin haber alcanzado el poder ya están prevaricando, como los de Podemos. Hasta un presidente que ha gobernado con una brutal mayoría absoluta y que, después de escándalos vergonzosos en los que está directamente implicado, promete en su discurso de candidato a la reelección, seguir haciendo las cosas como hasta el momento. Etc., etc., etc. En definitiva, una situación tan preocupante que hay que hipnotizarse para poder seguir adelante frente a los fogones, aunque quizá esta sea la mejor terapia.

Ayer disfruté como un glotón con este sabroso guisote, y hoy vuelvo a hacerlo al subir la receta a la Red.

Espero seguir teniendo ánimo para trabajar gratis et amore en un sucio país en que los sátrapas del Estado desvalijan a los más necesitados para que los “chorizos” que han desvalijado a miles de familias honestas, puedan seguir disfrutando de veraneos en yates de lujo en Ibiza, y de vacaciones de nieve en su chalet del Valle de Arán.

Al final el 2016 fue demasiado para mí, crisis, enfermedades graves, sin visos de conseguir trabajo, etc...

Cómo digo en el artículo Se acabó el maldito bisiesto, conseguí sobrevivir, aunque muy tocado, casi inválido, tanto física como mentalmente, tanto que hasta los trabajos para la revista PlanetAVino, me costaban tanto, que tenía que tirar de recursos para poder salir del trance.

En abril empecé a retomar aliento, y buena prueba de ello es que empecé a cocinar con ganas, a hacer fotos y a publicar recetas, lo que puso muy contenta a mi chica porque interpretaba, sin lugar a dudas, que estaba en proceso de recuperación.

Ya verán que la mayoría pertenecen a este nuevo año. Del bisiesto, no quiero ni acordarme.