Recetas de postres lácteos

Mi falta de afición a los postres, hace que esta sección esté casi en precario (como el resto de dulces), lo cual es una verdadera ignominia porque España, con su riqueza quesera y láctea, tiene un inmenso recetario que nos viene de tiempos romanos, aunque en el esplendor de nuestra cocina, el periodo mozárabe, no hubiese grandes avances ya que estos no eran demasiado galactófagos. 

De hecho, es inexplicable como un país que cuenta con la mayor diversidad quesera del mundo (habría que definir ciertos criterios antes de entrar en comparaciones odiosas con Francia e Italia), sea uno de los que menos consumo de quesoper cápita tiene de Europa, estando por detrás incluso de muchos países sudamericanos.

Estas, y otras disculpas como que mi diabetes no me permite estas frivolidades, podría utilizar como argumento para tanta pobreza creativa, pero la verdad es que, desde muy niño, apenas si tomaba postre alguna vez y jamás me atrajeron las golosinas dulces, de modo que entono el mea culpa. No obstante, en Recetas de repostería, hay más recetas que contienen lácteos, tales como todas esas Tarta de arroz con gelatina de kiwi, Tarta de filloas con nata de mandarinas, Tarta de queso del Cebreiro con fresas salvajes,  Tarta de uvas negras, etc. (cuando aprenda a manejar este dichoso gestor, las pondré en ambos apartados).

También está todo el capítulo de los flanes, que debería estar incluido en este y no con las gelatinas porque es un postre lácteo, pero bueno, como parece que nos fiamos más de la vista que del contenido, pues así lo puse y así quedará hasta que aprenda a duplicar contenidos.

Para terminar he de poner una nota discordante, como siempre, porque en Asturias, donde aún hay restaurantes que consiguen leches crudas de la aldea, hay postres muy sencillos que resultan maravillosos (como esas natas con guindas de la foto derecha, tan típicas de las brañas vaqueiras del Occidente), porque las natas, la mantequilla y la propia leche en sí, tienen un sabor extraordinario, pero que, cuando se reproducen en cada con leches pasteurizadas, uperizadas y demás atrocidades, resultan anodinos, insípidos y sin ninguno de esos aromas lácteos que le confería su personalidad. En Inglaterra, Alemania, EE.UU., etc., hay cultura de leches y se puede comprar desde la más desnatada y desnaturalizada del mundo, hasta leches casi recién ordeñadas y crudas. Así sí se pueden buenos postres lácteos.

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