Golf y Gastronomía - El Largo y Cálido Levante
Este libro, Mis mejores Escapadas de Golf y Gastronomía, salió al mercado en 2006 y ganó el premio Gourmand World Cookbook Awards como la mejor guía de turismo del mundo de ese año.
Bien podríamos titular esta sección como La Gran Costa Española, o incluso como La España Mediterránea, porque, además de los más de mil kilómetros de litoral que recorremos sobre el coqueto Mare Nostrum, la selección abarca cuatro comunidades autónomas: Cataluña, País Valenciano, Murcia y Andalucía. Vamos, toda la cultura mediterránea española en un capítulo.
Pero hay más, porque, al juntar esa fascinante cultura gastronómica con el buen clima y su correspondiente oferta hostelera, incluidos campos de golf, bien podríamos pensar que ya solo con este apartado podríamos hacer ya todo un gran libro.
Pero ¡Ay! desgraciadamente cuando hablamos de calidad, la cosa se tuerce. Pero vamos, que se tuerce tanto, que del casi centenar de campos de golf que existen en estas provincias, tan solo hemos podido reseñar seis Escapadas (OJO, contando Almería), y…, aún con benevolencia.
El turismo de masas ha llegado también a este deporte y casi hay que recurrir a esos conceptos yanquis de hostelería tipo La Manga Club, para poder disfrutar de unos días de verdadero relax de golf y gastronomía.
Ofertas engañosas que los folletos nos muestran como paraísos, al llegar, in situ, comprobamos como se convertían en verdaderos infiernos. Hasta algunos, como el Hesperia Golf & Spa Playa de San Juan, un cinco estrellas dirigido gastronómicamente por Santi Santamaría, lo más de lo más, nos defraudó tanto que hacemos una reseña negativa para advertirles del calamitoso fiasco (en esta guía procuramos no decir lo malo, pero hay veces que es necesario advertir de estas cosas para evitar que nuestros lectores piquen donde nosotros ya tropezamos).
Muchos aficionados residentes en esos municipios, les dirán maravillas de sus campos, es lógico, es su tierra y el campo más cercano donde poder practicar su deporte favorito es como algo propio, por eso lo admiran, pero, según mi criterio, un club como el Bonalba, que por paisaje tiene un espantoso desierto de rastrojos y bloques de viviendas construidos en su perímetro, y al que para acceder desde el hotel más cercano, hay que hacerlo por autopista y caminos vecinales, desde luego no es el lugar que elegiría para pasar unos días de vacaciones.
Otro handicap son las grandes ciudades, porque Barcelona y Valencia, sin llegar a ser esa bomba social llamada Madrid, también tienen una notable área de contaminación humana que inunda muchos kilómetros a la redonda.
No obstante hemos localizado pequeños oasis que, sin pisar el desierto (en este caso la vorágine), nos permiten gozar unas buenas Escapadas de Golf y Gastronomía.