Recetas de Verduras y Hortalizas

Cada vez estoy más convencido que nací a destiempo y que me pasan trances penosos por mi triste sino, como le sucedía al gran Brassens en aquella desternillante canción dedicada a Marinette.

Cuando era joven, me encantaban los deportes duros, en los que las gafas eran una verdadera tortura, como el Karate, Judo, rugby, submarinismo, esquí, etc. Al fin, pude operarme de la miopía y ya no llevo gafas, pero como tengo el cuerpo hecho una albóndiga, pues tampoco puedo gozar con aquellos deportes que me apasionaban y, encima, como me ha surgido la presbicia y lo único que puedo hacer es leer y escribir, pues gafas que te crió.

Y con las verduras me pasó lo mismo.

De pequeño, cuando mis padres tenían fincas, de los huertos salían tractores llenos hasta rebosar de perfumadas berenjenas, calabacines, cebollas, puerros, tomates, zanahorias, espinacas, lechugas, rábanitos, etc. Un verdadero espectáculo de aromas y colores que mi madre preparaba con esmero para tener todo el año unos perfumados pistos para su restaurante. Pero en aquellos tiempos, a mí no me gustaban las hortalizas.

Ahora sí, me encantan, y, de hecho, esta debe ser una las secciones en que más recetas he escrito, pero, y he aquí mi maldición, hoy día las hortalizas no saben a otra cosa que al phorexpan de la bandejita que las contiene.

Estamos en un periodo de transición porque en Francia ya hay un gran mercado de hortalizas de huerto, a precios de caviar, pero perfectamente delimitadas de las de cultivo hidropónico, por lo que los amantes de estos sabores, pueden hacer deliciosas ratatouilles y otras recetas vegetales.

Yo no soy vegetariano ni pongo ningún apartado de tal. Respeto ese movimiento como cualquier otro, pero me parece algo tan artificial como el jainismo, porque el hombre ha sido omnívoro desde antes de andar sobre dos patas, pero me encantan las verduras, aunque, por ejemplo, con unas lonchitas de panceta de cerdo ibérico de bellota.

Este es un recetario ecléctico, con recetas tradicionales de diversas regiones españolas, pero también de procedencia francesa, belga, judía, japonesa o escandinava, aunque reconozco que los aires mediterráneos son mis preferidos, porque no hay cultura que supere a las de Oriente medio en el aderezo de las verduras.

España pasa de las especias, un grave atraso, no solo gastronómico, si no incluso alimentario, porque estas hace más digeribles las legumbres y hortalizas, además de espléndidas en sabor.

Espero que se animen a cocinar verduras y hortalizas, porque es un campo infinito.

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