Cocina gallega
En este breve texto, que apenas es un pie de foto, no voy a abordar el conflicto de la cocina gallega porque para ello hay no pocos artículos en este portal que lo tratan bastante en profundidad (si en Buscador ponen las palabras Galicia o gallega, verán más de 80 referencias), solo apuntar que, trampas aparte, esta es una región que mantiene sabores muy profundos, muy propios, algo que cada vez echamos más de menos en nuestra restauración.
Las recetas que aquí hemos recopilado son más o menos ortodoxas, porque hoy día la cocina regional tiene más teatro que realidad y, tan gallega es una receta diseñada por Toñi Vicente, como las que en su día describiese Dª Emilia Pardo Bazán, porque tan gallegas son la una como la otra, y si mi querida Toñina ha basado alguno de sus platos en las creaciones de Ducasse, no menos lo hizo la marquesa en las de Escoffier.
Y yo, que emulando a D. Álvaro Cunqueiro, me invento lo que me da la gana, pues afirmo que el pato a la naranja se inventó en Ribadeo, porque no hay etnólogo que pueda demostrarme lo contrario.
Meigas fora.
Galicia, de un modo similar al resto de las comunidades españolas, se ha convertido a lo largo de su historia en un auténtico crisol donde se han fundido culturas de distinto origen creando una resultante compleja, rica y apasionante estructura socio-cultural.
Desde los primeros pobladores indoeuropeos que se asentaron en nuestras tierras teniéndose que refugiar posteriormente en los montes a causa de las invasiones celtas y vikingas manteniendo así su particular forma de vida, hasta la invasión social francesa que introdujo en nuestro país la Casa de Borbón, transformando por completo las rancias costumbres medievales que perduraban aun en nuestros conventos y pazos gracias a la intransigencia de la Iglesia de Roma, Galicia ha sido punto de referencia de todas las grandes culturas para sus conquistas y punto final de sus objetivos.Alcanzar el Finisterre, llegar hasta el fin de la tierra, y después de algún tiempo, cuando Galicia era tan fuerte que apenas si podían resistir su presión, fundirse con ella dejando esparcida una nueva semilla que enriquecería aun más su sosegada paz milenaria, ha sido la constante en todos los colonizadores que han llegado a nuestra tierra.Romanos, árabes y visigodos llegaron hasta el Finisterre, sacaron el botín que venían a buscar y luego se volvieron a disfrutarlo en sus pueblos, pero los más sensibles, los más permeables a la dulzura de una sociedad primitiva, se quedaron aquí para siempre, supieron ver la belleza oculta de esa Galicia misteriosa y se enamoraron de ella entregándole su vida y luchando por engrandecer esa tierra a la que ya pertenecían. La cocina, o mejor dicho la gastronomía, es la expresión cultural mas directa, fiel y puntual del momento histórico que vive una sociedad reflejando a través de sus variaciones las vicisitudes y euforias por que pasa un pueblo, así Galicia, que vio como las lareiras ahumaban pescados y los chorizos se transformaban en sofisticadas cocinas de carbón en las que el gran Picadillo dejaba constancia de la influencia francesa, ahora sigue sintiendo el paso de las alteraciones y, tras una segunda edad media vivida durante el franquismo, ahora quiere recuperar toda su grandiosidad, su compleja pero armónica personalidad, su auténtica cocina, por eso la cocina gallega no está hecha, se está haciendo cada día.