Sidrerías

Durante décadas esta fue la forma mas informal de comer en Asturias ya que se trataba de baruchos en que se reunían los paisanos para beber sidra y picar unos huevos duros o algún centollo que pasase por ahí, como mucho algún guisote o caldereta que distinguiese ese chigre por la buena mano de la mujer del dueño. Hoy ese concepto ha cambiado tanto que si no pides una ensalada templada de foie y una lubina al horno, parece que te miran mal. Vamos, que hasta algunos están pensando en ni servir sidra en el comedor ¿o ya lo habrán prohibido?

El nombre de “chigres” les viene de  un peculiar tipo de sacacorchos de palanca (el que aparece en la foto), común a todos ellos y que fue inventado por un marinero que, aprovechando una maquinilla (chigre en términos náuticos), fabricó el curioso artilugio.
En este apartado hemos seleccionado las más representativas, cada una en un estilo diferente, desde la mas clásica de los años sesenta, La Figar, hasta los sofisticados y elegantes comedores de la Cofradía del Puerto, donde casi da apuro pedir sidra para comer.
Hay miles, pero les recomiendo que empiecen por estas porque para saturarse de humos, ruidos, chisques y puxarra, ya tendrán tiempo. Estas por lo menos son originales, la sidra es buena, su cocina cuanto menos aceptable y hasta los echadores algo amables (cuando frecuenten otras, entenderán de qué hablo).