Casas de comidas de Asturias

Cada vez resulta mas dificil elaborar un listado de casas de comida ya que unas se han convertido en restaurantes de postín, las nuevas solo cuidan la imagen para salir en el suplemento dominical de El País y, para terminar de jorobarlo todo, las escasas que resisten, están en manos de personas mayores que solo esperan poder descansar ante la falta de interés de sus descendientes.

Por si fuese poco lo dicho, parece que el caracter familiar implica una falta de respeto hacia los clientes y, cuando esta descortesía traspasa los límites de la mala educación, pues nos vemos en la obligación de retirar de nuestras recomendaciones a algún local que por lo demás era bien pintoresco(quede constancia de que la baja del Riscal de Gijón es temporal, por renovación).

Vivimos una etapa de transición por la que ya pasaron paises como Francia, Austria o Italia y que, superada la enfermedad del grandonismo, han recuperado este concepto de pequeño negocio que, sin pensar en estrellas ni banquetes multimillonarios, permite vivir desahogada y felizmente a toda una  familia, aportando al mosaico hostelero de una región una nueva pieza que reune el doble valor de la buena mesa y de un documento etnográfico vivo, la cocina bien hecha.
Ojalá que para la próxima edición podamos ofrecer un surtido abanico de locales dentro de este apartado.

En algunos casos es dificil distinguir entre casa de comidas y pequeño comedor, porque el volumen no es el parámetro diferenciador y desde luego, lo que no tragamos, es aquello de “a la guía por lo pintoresco”. Aún así, en algunos de estos locales hay que armarse de paciencia y hasta de resignación, porque el caracter familiar implica ciertas licencias, como mandarnos a paseo si hay mucho trabajo.