Sindicación de contenidos
Boletín electrónico
Contacto
Mapa web
Logo de FacebookLogo de Google +Logotipo Twitter
 
boton pinteres
Imprime ContenidoEnviar a un Amigo
 

${estadoCorreo}

 

Tortilla de patatas a lo pobre

Tortilla de patatas a lo pobre
 
Tortilla de patatas a lo pobre
Tortilla de patatas a lo pobre

Readaptado en febrero de 2009

INGREDIENTES (4 personas) 

8 Huevos
2 patatas
1/2 pimiento verde
3 ajos
1 cebolla
100grs de jamón ibérico

 De un tiempo a esta parte se ha puesto de moda un plato que dan en llamar “Sartén de pobres”, nombre que no sé si se refiere a que lo suelen pedir clientes con ganas de gastar poco, o a algún  antecedente que desconozco, aunque pongo en duda, porque entre el aceite y el tiempo que lleva prepararlo, no creo que ningún tabernero se tomase la molestia en prepararlo para los mendigos.

La idea consiste en preparar unas patatas fritas con cebolla, pimiento, ajo y algunas virutas de jamón y, cuando ya está doradita, se estrellan un par de huevos y se revuelven al momento con todo.

En casa de mis padres se llamaban Patatas a lo pobre (sigue el mismo apodo, aunque no se les ponía ni huevo, ni pimientos, ni jamón, creo que tampoco cebolla, o sea que eran casi de indigente) y eran un plato de fiesta, sobre todo porque en allí nunca se comían patatas fritas y cuando Trini, mi tata, quería darme un gusto, pues ya sabía donde darme, “Tomate estrujao” y “Papas a lo pobre”.

Como sucede con las Patatas a la importancia, esta receta es bastante latosa, pero también en este caso, como aprovechamiento de sobras (ver Tortilla a la importancia), en este caso de esa tortilla de patatas que sobró de la cena, resulta un verdadero pasón.

La receta 

En una sartén honda, ponemos a freír la cebolla cortada en aritos finos, el pimiento del mismo porte, los ajos enteros, con piel y todo, y unas tiritas de jamón serrano, de bacon o incluso de chorizo fresco.

Cuando la cebolla tenga un bello color dorado (yo lo rocío todo con un chorrito de vinagre para levantar el sabor, pero lo pongo entre paréntesis porque puede desagradar), añadimos la tortilla que habremos picado un poco y ya basta con recalentar, porque mientras removemos con una cuchara de madera, esta se irá desmenuzando, aunque tampoco hay que pasarse porque conviene que se aprecien los trocitos.
Esto, a las tres de la mañana, después de pescar anguilas, es un manjar de dioses.

A simple vista, este plato parece que funciona con cualquier vino, pero no es así. Bueno está, pero el vino sufre, porque el ajito y el huevo destrozan los grandes tintos, de modo que, o le damos directamente a la cerveza, o buscamos un jovencito afrutado, por ejemplo un Ercavio, incluso un vino peleón con gaseosa, y si queremos ser más finos, pues un cava, como el Agustí Torelló, que está divino tiene buen precio.

Si le interesa leer más sobre este tema, pínche en el icono Buscador (ángulo superior derecho de su pantalla) y escriba la palabra objeto de estudio.

Escrito por el (actualizado: 22/05/2014)