Costillas de cordero adobadas a la turca
No sé qué nombre recibe este plato en Turquía porque lo en buscado en vano, y eso que es muy popular, porque es una forma muy económica de comer esta carne, la más popular en Oriente Próximo. Tengan en cuenta que no son chuletillas, si no costilla, es decir, la falda del costillar, muy sabrosa, pero con poca chicha y por tanto baratísima.
Como los corderos que se sacrifican en estas latitudes son más que pascuales, una parrillada simple sabría a lanuza, de ahí que pidan un adobo potente, y este desde luego que lo es,
Las he visto asadas a las brasas, que es como están más ricas, pero en mi casa, como no tengo ni terraza, pues sartén a la vitro que te crio, y estaban un rato buenas.
Elaboración
Es aconsejable adobar las costillas el día anterior, de esta forma toman más el sabor especiado y pierden el carácter montuno. Si no nos hemos acordado, al menos deben dejarse reposar un par de horas.
Para el adobo, machacamos en el mortero, o en la picadora, los ajos y el resto de especias. Debe quedar como una pasta, con la que untamos las costillas.
Ya he dicho que una barbacoa a porta unos tonos ahumados insuperables, pero los simples mortales tenemos que conformarnos con una humilde sartén. Ponemos un fondillo de AOVE, bien fuerte, y dejamos dorar las costillas.
De guarnición verán en la foto un platito con salsa, es Tzatziki (Salsa de yogur y pepino). Mi mujer dijo que esta salsa debió pensarse para acompañar este plato, porque la había probado mil veces, pero nunca le había sabido tan rica.
Maridaje
Ya hablamos de los vinos turcos en el artículo del mezé, así que vamos a repetir el mismo consejo, un rosadito bien fresco, versus Alquézar,D.O. Somontano, Clot Dels Oms, D.O. Penedés, Hiriart élite, D.O. Cigales, Hito, D.O. Ribera del Duero, o Príncipe de Viana, D.O. Navarra.