Chuletillas de lechazo adobadas y asadas al grill
Ya saben que, siguiendo el precepto japonés de que si no vas a mejorarla, respeta las recetas tal y como se han hecho durante siglos, yo soy enemigo acerrimo de alterar esos maravillosos platos que han elevado nuestra gastronomía hasta la cima del pódium y unas chuletillas al sarmiento soy sublimes, pero claro, si vives en un piso, será difícil hacer un fuego, incluso las casas de lujo asturianas, que tienen chimenea, no tienen acceso a esta madera, de modo que hay que buscarse la vida. De hecho, mi amigo Juan Carlos, que vive en una casa de campo en un pueblín de Valladolid, adoba las chuletillas, y eso que tiene que tiene una chimenea de ladrillo y un majuelo que les suministra, en cada poda, material combustible para todo el año, y están de morirse.
Yo he querido darle un toque especial, con aires morunos, porque en aquellos países comen cordero como agua, y saben del tema para dar y tomar.
Busco ese perfil misterioso, complejo, de cocina exótica pero exquisita, para lo que he recurrido a especias como el azafrán, el comino, la canela, el cardamomo, la menta fresca, la pimienta negra y el Ras el hanout, que es una mezcla de especias que cada cocinero y tendero presume de hacer la más exquisita.
La otra modernidad es que, en vez hacerlas sobre la parrilla de inducción, las aso al grill del horno, así evito hacer una humareda en toda la casa y encima perfumarlas con una infusión de especias, como laurel, romero y tomillo.
¿El resultado? Espectacular. Mi mujer dijo que le gustan mil veces más que fritas o a la plancha, además de más sanas.
Elaboración
No sé si llamarle truco será exagerado, dejémoslo en método, que consiste en poner en la picadora manual, ajo y perejil un poco picados, todas las especias según el porcentaje elegido, AOVE, sal y un chorrito de vinagre de Jerez, no muy añejo. Picamos hasta hacer una pasta y, con el pincel de cocina, barnizamos las chuletillas por ambas caras, y las dejamos coger el adobo, si pueden ser tres horas, mejor que dos.
Al momento de comer, encendemos el grill y, cuando esté a tope, metemos la bandeja con las chuletillas. Se tostarán en apenas unos minutos. Se saca la bandeja, se les da la vuelta a las piezas, y se repite la operación. Deben quedar bien tostaditas, pero jugosas. Yo pensé que se tostarían en un par de minutos, pero tardaron más de diez, por lo que hay que ponerlas en una batea, para recoger los juguitos que son ambrosía, y rociarlas bien con AOVE, que ayudan al tostado.
Se pueden acompañar de muchas guarniciones, como un Hummus o Hommos de garbanzos o una Ensalada Oasis, aunque en el apartado Guarniciones para todo, verán mil ideas muy divertidas y sabrosas.
Maridajes
En las zonas de viñedos, esta chuletillas se comen con tintos de crianza, pero este plato es otra cosa, con un sabor muy árabe, y por tanto un buen crianza peligra, por el contrario un vinito suave, bien fresquito, tiene el éxito garantizado. Lo ideal sería contar con uno de borgoña, sobre todo un Beaujolais nouveau. Yo creo que merece la pena comprar uno, porque he encontrado tres, Charmet y J. M. Aujoux, que vende Vinum a 7,50€ y 9€ respectivamente y el Baronne du Chatelard a 6,50€.
Hay uno español, de Navarra, a pesar de su nombre, que es Le Naturel a 7,50€.