Restaurante Casa Vicente

Si oyen ustedes que en casa Vicente todo ha cambiado desde que Vicentín se casó y al llegar ven el nuevo y elegante bar, aires minimalistas a la entrada, pavés en el paso al comedor y a los camareros vestidos al estilo Nobu, no se preocupen, sus escalopes siguen siendo igual de grandes y tiernos, su merluza romana sigue sabiendo a huevo casero y a aceite de oliva fresco y sus andaricas siguen siendo las más sabrosas del Cantábrico.

¿Les parece una tontería hablar del tamaño de un simple escalope empanado? Bien, pues hace años, en Asturias y otras muchas regiones de España, había restaurantes famosos por sus “Sábanas”.

Hoy, si quiere usted comer uno como Dios manda, o se va usted al Figlmüller’s de Viena (hay colas para probar su “World-famous super-size Wiener Schnitzel”), o viene a Casa Vicente, que está mas cerca y su carne es notablemente más jugosa y sabrosa porque es de ternera de pasto, de Los Oscos, para ser más exactos.

¿Y la merluza romana? Pues lo mismo, porque si un plato se hizo mundialmente famoso, por algo sería; pero claro, porque se hace así y no con pescado congelado o incluso ya prefabricado como hacen en no pocos sitios, incluidos muchos de nuestra Asturias costera y pescadora.

Hay alguna novedad, como una notable carta de vinos, estas croquetas y algunas cositas que están metiendo poco a poco, pero conozco bien a Vicente y no creo que vaya a caer en la tentación de hacer filigranas.
Él sabe que su clientela es fiel, pero a cambio exige esa calidad.

Si hay para langosta, pues mariscada, que para eso tienen la cetárea en la misma ría de donde han cogido las nasas. Si sólo hay para pote, pues menú del día, pero sea lo que fuere, siempre honesto.

Además de por sus especialidades o tipo de establecimiento, puede buscar más restaurantes en esta u otra zona pinchando aquí. Y no se pierda los entresijos de esta profesión, nuestra prensa amarilla, pinchando en Dramas y comedias de la Hostelería.