Alcachofas naturales rellenas de perdiz
En el restaurante de mi madre preparaban, a veces y de tarde en tarde, unas alcachofas naturales rellenas de ternera y guisadas en la sempiterna y multifunciones, salsa de cebolla con huesos de caña.
Yo tenía perdiz escabechadas, que empezaban a peligrar, y cuando mi chica me advirtió de que estaban estropeándose unas alcachofas que había conseguido de Benicarló, se me ocurrió esta receta para matar dos pájaros de un tiro.
El resultado fue espectacular, aunque no me diese tiempo a preparar una salsa acorde con ellas, así que recurrí al socorrido pisto de Hida, muy rico, pero que no pegaba demasiado bien.
Elaboración
Estas alcachofas de Benicarló se cocieron en apenas un cuarto de hora, pero es cuestión de pincharlas con cualquier objeto punzante y ver que esté tiernas.
Se sacan se dejan enfriar y se les quita la paja del centro, siendo generosos en el vaciado para que quepa más chicha.
Se pasan por harina y luego batido (yo he usado solo yemas porque mi chica es intolerante a la clara y al gluten). Se fríen hasta que queden doraditas y ya se meten en la salsa para calentar antes de servir.
Maridajes
Ya saben que la alcachofa es un verdugo de vinos tintos, si le sumamos el escabeche de la perdiz, pues la cuenta.
Lo mejor es recurrir a un joven fresco y afrutado, como como Paco & Lola Nº12 D.O. Rías Baixas, Blanco de Blancos de El loco de Finca la Colina, D.O. Rueda, Blanco Nieva Sauvignon Blanc, D.O. Rueda, Casal de Armán, D.O. Ribeiro o Gewürztraminer Sant Iscle, D.O Pla de Bagés.