Roscón de Reyes
Se terminaron las Navidades,(¡afortunadamente!) y con elas los dias de las grandes comilonas y excesos, pero nuestro calendario gastronómico nos reserva aún la ultima dulce despedida del día de reyes.
A pesar de que en este país ya no se sabe muy bien si mantenemos las tradiciones cristianas, latinas, paganas, germánicas o sajonas (Papa Noël, Santa Klaüs, Arbol de Navidad, Nacimiento, Reyes Magos, etc...), gracias a la labor de algunos artesanos todavía es posible disfrutar de este goloso e infantil deseo, de tomar un desayuno o merienda a base de Roscón con chocolate.
Y digo y recalco "gracias a algunos artesanos", porque desgraciadamente desde hace algunos años el sector panadero (incluyendo en el los apartados de bollería,confitería y panadería) ha sufrido la invasión de las multinacionales, que a guisa de rodillo de apisonadora, ha planchado de una pasada la casi totalidad de antigüos maestros del oficio de la transformación de la harina.
Salvo contadas y honrosas excepciones, se acabaron las tahonas que mantenían su formula personal para trabajar el pan o para hacer bollos o rosquillas que daban incluso fama a todo un pueblo.
El año pasado, viniendo de Madrid por estas fechas, tuve la paciencia de parar a comprar pan en varias panaderías de renombre de otros tantos pueblos de Castilla, el resultado fue descorazonador: todos sabían igual.
Por esto hoy, primer Domingo de 1992, año de quinto centenario en que vamos a ser visitados por millones de turistas (eso dicen), levantemos la voz todos los amantes del pan y de la confitería tradicional, para pedir a las autoridades que tanto han legislado sobre este campo, que se tomen la molestia de crear una distinción para aquellos profesionales que siguen manteniendo las tradiciones ancestrales y así defendiendo la bandera de tan importante sector de nuestra gastronomía, en detrimento de aquellos otros, que haciendo uso de extrañas mezcolanzas y productos de origen foráneo, se atreven colocar carteles en sus establecimientos que anuncian imágenes tan estereotipadas como "pan de pueblo" "pan del país" e incluso "pan artesano".
Hemos querido rendir homenaje a estos silenciosos artesanos del horno en las personas del matrimonio Piñeiro de la marinera localidad de Foz, que un año mas pasarán estas últimas noches de navidad, lejos de su hogar, afanados en su obrador hasta que despunte el día, para ofrecer a chicos y grandes un dulce desayuno y la última sorpresa, la que contiene el propio roscón, que para mas aliciente en esta confitería, ofrece la oportunidad de encontrar una de las muchas figuritas de porcelana de próxima fábrica de Sargadelos que ex había escondido con cautela dentro de la masa para que, siguiendo la tradición, el desafortunado que la encuentre, aunque tenga que pagar el bollo, tenga un bello recuerdo de las pasadas fiestas.
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