Alcuzcuz
Hablar del alcuzcuz en un suplemento de gastronomía asturiano , y más en pleno mes de diciembre, puede sonar a tomadura de pelo, o cuanto menos a desproposito, sin embargo, y teniendo en cuenta que se trata de un guisote tan nutritivo y reconfortante como el más substancioso pote, puede ser uno de esos platos que no formando parte habitual de nuestra dieta, puede venir a ayudarnos mas de lo creemos en la prevención de algunos males.
Como cada año el mes de diciembre entra enseñando sus dientes de colesterol, acido úrico, hipertensión, y hasta en no pocos casos, gastritis, cólicos hepaticos y biliares, y gastroenteritis. Apaga y vamonos.
¿Hay que meterse en la cama y esperar a que pase el diabólico mes?
Evidentemente no, entre otras cosas porque la vida cotidiana nos pide cada día más actividad laboral, y aquí empezamos a entrar en materia.
Celebrar la Nochebuena con la más fastuosa cena del año, la navidad con una opipara comida familiar, Noche vieja con un menu de lujo en cualquier restaurante que ofrezca cotillón, y hasta Añonuevo con unas docenas de ostras para suavizar la resaca, no supone que nuestro organismo se vaya a arruinar, pero el caso es que a partir del quince, ya estamos con despedidas, aperitivos de trabajo, cenas de la promoción de la facultad, mili o sabe Dios qué, y claro, si entre comilona y comilona metemos un par cenonas, pues cuando llegue Fin de año tendremos el hígado hecho foiegras.
¿Podemos negarnos a estas juergas?
Es absurdo plantearselo, cada año pasa igual, maldita gracia que nos hace salir con aquel matrimonio que conocimos en un crucero hace dos años, pero como son tan cumplidos, pues que se le va a hacer.
Y así noche tras noche.
Mi recomendación: alcuzcuz.
Se trata de un guiso muy sano que se prepara cociendo varias verduras con alguna carne suave, cordero, pollo, morcillo, incluso con pescado, como hacen en Tunez.
Eso es el caldo y el compango, si.me permiten el uso inexacto de la palabra.
Luego viene la pasta.
Son bolitas del tamaño de la cabeza de un alfiler que se cuecen al vapor en una cazuela ad hoc, como la que ven en la foto, y que de paso ya les recomiendo porque es muy util para preparar de esta forma tan natural como sabrosa, un sinfín de verduras, pescados, mariscos, e incluso carnes.
Ya se compra seca, como los espaghettis, y por eso no voy a incidir en su preparación, pero sí decirles que si bien hoy día en España se considera como una especialidad mogrebí, así nos lo han hecho creer los franceses, este plato se comía por nuestras tierras mucho antes de que Marco Polo viniese contando sus cuentos chinos, y nunca mejor dicho lo de cuentos chinos.
Su forma primitiva fue el tabulé, que se preparaba no a partir de sémola, sino rompiendo el grano de trigo en trocitos que se mojaban y se ponían a fermentar (el aparato digestivo humano no puede digerir directamente el almidón).
Su nombre viene de la castellanización del artículo Al, y de la palabra Kuskus, que en árabe es como se llama a la comida que las aves dan a los polluelos, y en muchos recetarios, y envases del producto, viene bajo el galicismo de couscous, pero en español se debe decir alcuzcuz, vocablo recogido por Corominas a principios del siglo XV, pero que sin duda era habitual desde el VIIIº.
Dado que el guiso admite todo tipo de variantes, se puede preparar de cordero y pollo, lo que sobra se congela (funciona muy bien), al día siguiente se hace de marisco con otro tipo de verdura, luego pescado, y así sucesivamente.
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