Sindicación de contenidos
Boletín electrónico
Contacto
Mapa web
Logo de FacebookLogo de Google +Logotipo Twitter
 
boton pinteres
Imprime ContenidoEnviar a un Amigo
 

${estadoCorreo}

 

Olivares 2000, tinto dulce

 
Bodega Olivares, 100% Monastrell, tres años en depósito, 17€
Publicado en la guía Asturias gastronómica 2005/2006.
 

No me gusta ser chauvinista, de hecho creo que no lo soy, pero si los franceses hubiesen elaborado un vino que superase los Vintage de Oporto, seguro que costaría el doble. Este es uno de ellos, pero como es murciano, cuesta 1/3.

De las muchas personas a quién he dado a probar este vino, todavía no ha habido una sola que no se haya maravillado.
El día 1 de mayo cumplí medio siglo, lo celebramos a lo grande (Finca El Bosque de Sierra Cantabria no es ninguna broma), para muchos lo más sorprendente fue el tinto dulce que acompañó a la tarta milhojas de la confitería Covadonga, Olivares, claro.
Pero hete aquí de nuevo con la iconoclastia hispana y así, ante algo tan evidente como la soberbia calidad de este vino, pues ya hay quién le pone peros y dice que tal o cual es mejor, incluso en la propia Jumilla. De pena.
A diferencia de otros vinitos que quieren seguir sus pasos, el Olivares tiene una complejidad inigualable y si encuentran botellas antiguas, adivinarán en lo que puede llegar a convertirse (el 98 está de morirse).
Ese reposo produce tonos de moka, regaliz y vainilla, enmarca las ciruelas pasas de la monastrel sobremadura y configura un cuadro elegante, magnífico y a la vez fresco.

 Aunque han pasado ya más de dos años desde que se realizó esta cata, en el momento de colgar esta crítica en la web, todavía se pueden encontrar botellas del 2000 en el mercado y el vino está mejor que entonces, más sedoso pero también más complejo. Yo celebré la sobremesa de esta Navidad con él y una vez más deslumbró a todos los familiares allí reunidos, desde mi sobrinita, a quién por su edad aún no le gusta el vino (hoy día, a los dieciocho todavía no se han iniciado), hasta mis cuñados que son verdaderos sibaritas, pasando por la tía Mauri, quién a pesar de haber cumplido ya los ochenta, daba saltos de alegría con cada copita.

Este vino soporta todo, hasta chocolates, como ese bizcocho de chocolate y nuez de casa Fermín, los empalagosos tocinillos de cielo o la famosa tarta de Cangas de Onís a que hago referencia en mi cumpleaños, pero para virir una experiencia sublime, pruébenlo con un buen Cabrales. La combinación internacional es Roquefort o Stilton con Oporto Vintage, pero es que los franceses no conocen el Cabrales con Olivares.

Escrito por el (actualizado: 15/10/2014)