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Bígaros con caracoles del Cabo Peñas

Bigaros
 
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INGREDIENTES (4 personas) 


1 Kg de bígaros vivos de las rocas de Verdicio.
1 Kg de caracoles de las huertas de Villanueva.
½ Kg de arbejos frescos de la misma huerta de Villanueva.

Para el Sofritín
1 Cebolla
4 dientes de ajo
1 zanahoria
3 lonchas de bacon o panceta

Para la Picada
1 Huevo duro
½ chorizo de fabada (debe desmenuzarse con los dedos)
50 grs avellanas tostadas
2  cucharadas de tomate frito
1 rebanada de pan frito
½ vaso de sidra  
1 manzana Ernestina, Solarina u otra de sidra comestible (debe pelarse y cortarse al momento)
½ hoja de laurel
½ cuchara de orégano, fresco a ser posible.

Plato de Mar y montaña, asturiano y herético 

Como ya explicamos hasta la saciedad en Diálogo de Besugos y Gorrinos, y en Picades y Sofregits,  todo Mar i muntanya se compone de un guiso en que intervienen dos o más carnes procedentes de la mar y de la tierra, que deben cocer juntas para intercambiar sabores, mediante la intervención del guiso, que funciona a guisa de catalizador y aromatizante del plato.

Bien, pues en base a ese principio y como no hay país, provincia, ni principado en el mundo, que pueda presumir de un mar tan rico y fascinante como el Cantábrico, ni de unas montañas tan fabulosas  y …, acojonantes, vaya, como  nuestros Picos de Europa y aledaños, pues he aquí mis versiones heterodoxas, anarquistas, fraudulentas, blasfemas e irreverentes, de este tradicional plato catalán.

Preparación 

Lo más latoso es preparar los caracoles, pero si los metemos en un cesto de mimbre con unas ramas de romero y un plato con harina, en dos o tres días limpiarán sus intestinos de posibles hierbas tóxicas y ya se pueden consumir sin otro riesgo que el una diarrea compulsiva.
Se pueden también comprar de granja ya limpitos, pero claro, no son del Cabo Peñas y pierde emoción.
Una vez purgados y ya metidos en cocina, se meten en abundante agua con sal y vinagre para que suelten el exceso de babas (esto es optativo, porque siempre van a provocar espuma al principio de la cocción y luego esta desaparece). 
Los bígaros no necesitan más limpieza que un buen fregoteo con agua de mar, eso sí, de la roca a la cazuela, sin que pase un Telediario.
Los arbeyinos también deben cocerse recién cogidos. Se pelan, se envuelven con un poco de mantequilla y un pizquín de sal, se colocan en una olla ad hoc, se cubren con una lechuga lavada y  partida al centro, y se dejan cocer suavemente durante media hora. También se pueden comprar de bote y acabamos antes, pero hechos así están de muerte (véase Arbeyada).
Preparamos la picada triturando los ingredientes en la picadora (ya puestos  a hacer herejías, no vamos a perder el tiempo con morteros que lo ponen todo perdido), pero solo un par de golpes, tres o cuatro segundos, para que se vean los trocitos.
Hacemos el sofrito poniendo todo bien picadito y, cuando empiece a tomar color, añadimos los bígaros y los caracoles (aunque se haga una montaña de espuma, no se asusten, estos gasterópodos no son explosivos), añadimos la picada, removemos bien, pero con cuidado para no romper las cáscaras (si son de huerta no rompen tan fácilmente, pero si son de granja, esta es como papel), incorporamos los guisantes y dejamos cocer despacín hasta que la salsa ofrezca una consistencia cremosa. Entonces deben reposar hasta enfriar completamente, mejor de un día para otro para que el guiso se oxide y se compenetren los sabores.
La gracia está en mojar pan y sentir la diferencia de sabores entre los bígaros, saladinos y con poca chicha, y los caracoles, mucho más poderosos y carnosos, pero sobre todo en el moje, así que si a su pareja le dan asco estos bichos, no se preocupe y aconséjele que pruebe con el pan (eso si es que el/la partenaire merece la pena, sino, mándel@ a paseo y póngase usted cieg@ con l@s amigot@s).

 Como es de rigor, este plato debe acompañarse con sidra, si se puede escanciar, entonces que sea de Trabanco, sino, la de Tareco también está muy rica. En Gijón había una sidrería muy famosa, El Cartero, que preparaba caracoles los lunes (más o menos así) y había bofetadas para conseguir mesa. Lo digo porque el maridaje no solo es regional y folklórico, sino realmente gastronómico.

Escrito por el (actualizado: 27/07/2015)