Inspiración de Valdemar 2012

Extracto del libro Un vino para cada pincho, maridajes de la Cocina Canalla.           

Dentro del grupo Valdemar, ya saben, los famosos Conde de Valdemar, los actuales propietarios, Ana y Carlos Martínez Bujanda, quinta generación de bodegueros que trabaja en Oyón, iniciaron una  nueva línea de vinos basada en las experiencias obtenidas del análisis de los mercados europeos y americano.

El éxito de estos vinos ha sido tan rotundo que ya han levantado una nueva bodega independiente para elaborarlos.

Son vinos de corte mucho más afrutado, más actuales que los clásicos riojas, como los Conde de Valdemar, introduciendo incluso monovarietales y hasta variedades casi desaparecidas, como la Maturana y la Graciano.

Este es el básico, pero muy indicado para conocer la nueva generación, no solo por su precio asequible, sino porque es un vino muy equilibrado, con notas frutales y marcada crianza, todo ello integrado en ese perfil aterciopelado que siempre ha cuidado esta bodega.

Yakitori de pollo 

Que la cocina japonesa nos ha invadido es ya un hecho irrefutable, sobre todo en esas generaciones jóvenes inquietas que pican un día aquí y otro allá, quizá en busca de tener algo que contar a los amigos, quizá en busca de su propia personalidad gastronómica.

Los Yakitori son la versión japonesa de nuestros pinchos. Al salir del trabajo y antes de refugiarse en su diminuta casa, los japos hacen una paradita en los Izaya, una especie de bares donde sirven cerveza y estos pinchitos de pollo, una forma de arreglar el cuerpo y la mente, mientras se relajan charlando con otros compañeros. Hoy día ya se hacen de cerdo, ternera, pescados, marisco, etc., pero el tradicional es este, el de pollo, también llamado kushiyaki (Yakitori quiere decir brocheta de pájaro asado a la parrilla, y kushiyaki especifica que se trata de pollo).

Maridaje 

El rasgo distintivo que caracteriza todos los yakitori es un cierto lacado que se consigue aplicando salsa Teriyaki sobre todo el pincho y que aporta un suave sabor dulce/salado muy peculiar.

En Japón los toman con sake o cerveza, pero es que los pobres no pueden hacerlo con Inspiración de Valdemar, porque estoy seguro que cambiarían sus costumbres en un santiamén.

En España estos pinchos se sirven en bares con un notable nivel de sofisticación, por lo que será fácil encontrar este vino.

Es una combinación deliciosa porque ambos productos se enroscan entre sí haciendo un conjunto casi holístico, o sea, que su unión da por resultado un nuevo producto mucho más gratificante que la suma de ambos.

El vino tiene mucho cuerpo, por lo que aguanta perfectamente el sabor de la parrilla y el caramelo, pero a la vez su gran acidez refresca la boca y da más cuerpo a cada bocado.