Zanahorias torneadas y laqueadas
En cocina usamos el verbo tornear para indicar el acto de tallar todo tipo de vegetales que lo permitan, tales como patatas, nabos, remolachas, zanahorias,etc., con una bonita forma de huso.
Esta costumbre ha quedado un tanto relegada a la vieja escuela, quizá porque requería de cierta maña del cocinero, quizá por el desperdicio que provocaba, aunque en una cocina bien planificada, nada se desaprovecha, y menos recortes de tubérculos que se pueden usar para hacer purés, menestras, sopas, etc.
Cocidas al vapor, son una guarnición ideal para todo tipo de pescados, pero aquí les voy a dar una vuelta de tuerca, y las voy a laquear, o sea, a barnizar con un caramelo que les a proporcionar un delicioso sabor agridulce y un aspecto elegante y hasta exótico.
Elaboración
Empezamos por pelar y tornear las zanahorias, para lo que las partimos en tres trozos y, con una puntilla, les damos la forma que ven en la foto. Yo las repaso con el pelador para que queden más uniformes.
En una sartén o cacito, ponemos a fundir el azúcar. Cuando empiece a tostarse, cortamos el caramelizado con un chorrito de vinagre de sake y otro de sake.
Obtendremos un almíbar en el que sumergimos las zanahorias y dejamos cocer a fuego vivo hasta que estén tiernas y el caldo se reduzca a textura de sirope.
Bajamos el fuego al mínimo y tapamos, para que terminen hacerse y barnizarse como ven en la foto.
En función del uso, se pueden adornar con unas tiritas de piel de lima, perejil picado, etc., algo que contraste con el color apagado del caramelo.