Puré de zanahorias, apio y cúrcuma
Ayer preparé un maravilloso puré de brócoli para el plato Solomillo de ibérico a la naranja con puré de brócoli, un éxito total del que era coprotagonista el famoso puré, tan rico que, lo que sobró, me lo preparé como crema para cenar.
Hoy tengo a la niña con mucha carga de trabajo, así que tenemos salchichas rojas frescas, y, para no caer en el repetido, aunque delicioso, Puré de patatas, pues se me ocurrió esta gracia y vaya que si estaba agradable.
En lo respecta al apio y la cúrcuma, no es un capricho…, bueno, sí es un capricho, pero que, además a la cúrcuma se le han encontrado virtudes antiinflamatorias, antioxidantes, coleréticas, digestivas, carminativas, hepatoprotectoras, hipolipemiantes, desintoxicantes a nivel hepático, antiulcerosas, cardioprotectoras y, en algunas fuentes, se señala también como antitumoral (hay buena información en beneficios-de-la-curcuma).
No es fácil conseguirla fresca, pero siempre podemos rezar a San Internet, y aparecerá como el agua con San Isidro.
Elaboración
Empezaremos por pelar y partir los ingredientes.
Sumergimos la patata y las zanahorias en agua con sal, y dejamos cocer hasta que estén blanditas.
En caliente, añadimos un huevo de mantequilla y aplastamos hasta que se integre.
Mientras, partimos en fino el apio y la cúrcuma y las echamos al vaso de la batidora, junto con las zanahorias, las patatas y la nata. Batimos bien y pasamos por el chino para retirar las hebras del apio, que son muy latosas.
Se puede especiar con un poco de curry, que le va bien, y como las zanahorias saben a phorexpan, pues la cuenta.