Verduras a la plancha
La receta no tiene el menor misterio, uno elige las hortalizas que más le gusten (ojo con la cebolla y la zanahoria, porque contienen sacarosa, el azúcar más peligrosa para la diabetes y el engorde, que encima se carameliza con el calor y está de golosina), berenjenas, calabacines, pimientos, apios, hinojos, etc., y basta con partirlo en tiras para que no se cuelen por las ranuras, salpimentar y condimentar con sal, pimienta, comino y orégano (esto es si les gusta darle un toque exótico, para que nos recuerde cuando las comimos en las terracitas de los barrios de Plaka de Atenas, o en el Beyoğlu de Estambul).
Debe asarse a medio fuego para no arrebatarse, pero hay que dejarlas al punto que a cada quién le gusten.
Por ejemplo, a mí me gusta que queden un poco al dente pero en España suelen gustar más blanditas.
Se pueden comer recién sacadas de la parrilla o frías, ligeramente aliñadas de aceite virgen y unas gotas de vinagre, tipo escalivada, pero en cualquier caso con una guarnición tan deliciosa, que se puede comer a diario, sobre todo si disponemos de un fuego de roble.