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Piquillos rellenos de alioli de bonito

Piquillos rellenos de alioli de bonito
 
Piquillos rellenos de alioli de bonito
Piquillos rellenos de alioli de bonitoPiquillos rellenos de alioli de bonito

Agosto2017

INGREDIENTES 

12 pimientos de piquillo con D.O.
1/4 L de  alioli
1 lata de bonito en aceite
1 lata de salsa de tomate Hida
1 cebolla
5 dientes de ajo de Pedroñeras
sal, pimienta, comino y tomillo

La cosa vino de una lata de pimientos de piquillo que mi mujer había dejado en la nevera y que pedía medidas urgentes, o directamente la eutanasia.

Como era de Conservas José Luís, me dio pena tirarla y, rucando rucando, se me ocurrió rellenarlos, no con la tradicional pasta de bacalao, si no con un refrescante alioli que había sobrado del día anterior de un sabroso Arroz negro con gambones que mi niña prepara como los ángeles.
Se dirán ustedes “Sobras y más sobras, este tío es un poco guarro”, pues hay más, porque en vez de abrir una lata de bonito en aceite, usé los borde de un sabroso Tataki que me había pedido mi chica y que hasta a su madre, asturiana de pro y por tanto reacia a la cocina japonesa, le encanta.
Pensé servirlo con una Ensalada de tomate rallado que andaba rodando por la nevera, pero la idea no terminó de convencerme, pero la dejo aquí por si alguien se anima.
Esta fue la ganadora y estaba realmente sabrosa.

La receta 

Preparamos una mahonesa con aceite ligero (0,4º o maíz), vinagre añejo de Jerez y ajo (3 dientes para ½ l de mahonesa, pero que sean de las Pedroñeras), lo que algunos llaman alioli, pero que no lo es.
En un bol, desmigamos una lata de bonito en aceite. Yo usé un tataki, que obviamente estaba mucho más rico, pero porque me había sobrado. Se añade el alioli (1/4 l) y se remueve bien, hasta que quede como una paste uniforme.
Preparamos un sofrito de cebolla y ajos. Cuando empiece a coger color, añadimos la salsa de tomate frito (casero o de Hida), tomillo, orégano y dejamos cocer lentamente.Mientras rellenamos los pimientos con la farsa. No tiene misterio, pero te pones
hasta los codos ("Literalmente", comentó mi chaca cuando los rellenó. Con una cucharilla de café, repartimos entre las piezas y las cerramos con un palillo.
Colocamos los pimientos rellenos sobre la salsa, tapamos la sartén, y se deja cocer lentamente media hora.
Yo calculé 3 piezas por persona, pero después de probarlo, comprobé que me había quedado corto.
La guarnición es difícil de elegir, pero si gusta el brocolí, puede valer y hace un contraste de color precioso. 

Un vino para cada plato 

A mí me encanta el chacolí, pero no estos modernos que parecen vinos de lujo, si no los de antes, los bastos, los que no había hecho la maloláctica y sabían a manzanas verdes.
Como eso no se encuentra fuera de Guipúzcoa, recomiendo una sidra natural asturiana, incluso una de las nuevas de mesa, pero seca, brut.
Si elegimos una natural, de las de escanciar, debe servirse en torno a los 10ºC, no menos, porque se pone muy dura y pierde aromas.

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