Canapés de pollo y col china
En Inglaterra los preparan con pepino y en Francia con endivias, pero yo solo tenía col china, y así fue, por cierto, muy rico.
Realmente es un plato de aprovechamiento. A veces mi chica compra un pollo asado, y como a los dos nos gusta la zanca, pues ahí quedan dos hermosas pechugas esperando a que algún voluntario cocinero haga algún plato con ellas.
Solemos preparar una Ensalada Waldorf o un invento mío que es la Ensalada César con pollo , pero tengo a la moza en cuarentena de albúmina, así que al no poder comer clara de huevo, pues adiós a la mahonesa y con ella, todo el repertorio de recetas que la incluyen, como estas ensaladas. A eso de las ocho de la tarde, me preparo un piscolabis, por ejemplo de anguila ahumada, de foie, de caviar o simplemente un emparedado de jamón y queso, pero hoy le quise dar un vuelco a mi inventiva, y he aquí el resultado.
Elaboración
Lo más complicado es hacer el alioli, aunque no tiene porqué fallar. Solo hay dos reglas de oro, una es que si se hace con batidora, se pone el huevo entero, y si es vaso americano, solo la yema. La otra es no mover el vaso de la minipimer, apoyar el molino contra el fondo y darle mucha potencia hasta que emulsione. Luego ya puede moverse para incluir todo el aceite.
La elección de los ingredientes va en gustos, aunque un AOVE muy potente puede resultar desagradable, salvo que hagamos un alioli muy potente, en que apetece llevarlo al límite con un AOVE de Picual como el yo compro en Puente Genil. Si hacemos un ligerito como es este el caso, se puede usar un aceite de oliva refinado o un AOVE muy especial, como el que traigo del Valle del Jerte de aceituna manzanilla extremeña, una joya delicada, perfumada y tan suave que hasta se puede beber.
El vinagre que uso es uno de Jerez, pero suave, con solo seis meses de crianza y en cuanto al ajo, por supuesto de Las Pedroñeras, pero busqué un diente pequeño, porque quería un alioli muy suave.
Por lo demás, simplemente cortamos la pechuga en tiritas que luego se desharán, la col en juliana o rodajitas. Removemos a mano y añadimos el alioli. Esto ya debe moverse con dos cucharas.
Tostamos las rebanadas de pan de molde y, cuando se enfríe (no solo para manipular mejor si no para que quede bien crujiente), extendemos la chicha.
Podemos cortarlas primero y untar después, o al revés, primero se extiende y luego se corta.
Maridajes
Yo los comí con una deliciosa Grimberger Blanche, mi cerveza preferida, pero para los vinófilos radicales, el maridaje perfecto es un buen champagne, por ejemplo un Bollinger. Los amantes del cava pueden elegir su preferido que le irá bien.