Castañas gallegas

Cuando empecé a reunir bibliografía para escribir este artículo, busqué en la enciclopedia gallega la palabra castaña pensando encontrar un extenso trabajo sobre el otoñal alimento, base de la gastronomía antigua gallega y elemento imprescindible tanto en nuestras mesas, como en cualquier tratado social relacionado con las culturas cantábricas, sorprendentemente no aparecía tan siquiera reseñada.

¿No les parece que cuando se habla de cultura hay que ser un poco más serios?

¿No opinan que productos tan autóctonos que dan pie incluso a fiestas populares tan cacareadas como el "magosto" y que sirvieron como base de la alimentación de toda una sociedad durante siglos, deberían al menos aparecer en una obra de treinta tomos que dice hablar de nuestras costumbres?

Lo que ocurre es que todavía hay muchos intelectuales para los que cultura es pasearse por la Plaza de España con varios libros reaccionarios bajo el brazo.

Yo creo que cultura también es recordar aquellos días en que en esa misma plaza, en cada esquina, había una castañera que gritaba "¡Calentitas, calentitas..!".

Son recuerdos de bolsillos calientes y cara fría, de aquellos otoños que los mayores dicen que han cambiado, de aromas a leña y al fruto tostado que me hacen recordar los versos de García Lorca: Las castañas son la paz del hogar. Cosas de antaño, crepitar de leños viejos, peregrinos descarriados.

Son las gallegas las mejores y el castaño español (Castanea Sativa) el de mejor calidad, reconocido incluso por los franceses que importaban gran cantidad de frutos para elaborar sus deliciosos "Marrons Glacés" y en cuanto a su poder nutritivo quizás sea de los productos más completos para la supervivencia humana como ya reconocía en el siglo XVI el doctor Lobera:"Las castañas son calientes en medio del primer grado y secas en el segundo; y son más fáciles de digerir que las bellotas y son de más mantenimiento".

Incluso eran utilizadas en medicina, el mismo autor decía:" aprovechan para las mordeduras de las personas y de perros rabiosos; y si con harina de cebada y vinagre se mezclaren a manera de emplasto, aprovechan a las mujeres que tienen las tetas hinchadas".

En fin, como para olvidarlas en la enciclopedia gallega.

En Orense hay dos empresas dedicadas a su manufacturación, en Lugo ninguna.

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