Museum Real
Bodega Museum
DO: Cigales
Uvas: 100% Tinta del País
Crianza: Dos años en barrica de roble francés
P.V.P.: 12 €
www.bodegasmuseum.com
Otros vinos de esta bodega:
Museum
Riñoncitos al ajillo, con un reserva de Cigales
Extracto del libro COMER CON VINO, Maridajes de la buena mesa española, del que pueden ver más pinchando en más +...
Mi sueño de que Cigales apostase por la calidad se ha hecho realidad porque ya corre de boca en boca que en esta DO se están haciendo vinos mejores que en la vecina Ribera del Duero y a mitad de precio.Buena parte del éxito le corresponde a esta bodega, que para colmo, además de ganar premios a espuertas, produce suficiente vino como para abastecer el mercado nacional y a un precio honorable.
Es muy complejo, con unos minerales que sólo se comprenden viendo la meseta en que sitúan sus viñas, con frutas negras, moras, y la justa madera para enmarcar todo esto y hacer un vino explosivo pero muy elegante. Imprescindible un par de hora de oreo.
El plato
Debilidad, pecado, suicidio por colesterol, ataque de gota como penitencia, no sé como calificar esta golosina, sólo sé que cuando los veo en una carta, no puedo resistirme.
Debilidad, pecado, suicidio por colesterol, ataque de gota como penitencia, no sé como calificar esta golosina, sólo sé que cuando los veo en una carta, no puedo resistirme.
Riñones y mollejas, pero no con salsa, como las ponen en León, solamente a la parrilla o al ajillo, para notar bien sus sabores.
Son delicias a las que un ama de casa no suele tener acceso porque en las carnicerías no las quitan de los corderos, o si lo hacen es para reservárselas a ese restaurante vecino que les compra toda la carne, así que evito contarles como se limpian y guisan.
Mejor busquen un buen asador y encarguen con tiempo esta merendola.
MARIDAJE
La casquería es muy puñetera de maridar, ya que salen sabores potentes de donde apenas si se apreciaban y otros, que parecían arrasar, se pierden con vinos de altos vuelos.
MARIDAJE
La casquería es muy puñetera de maridar, ya que salen sabores potentes de donde apenas si se apreciaban y otros, que parecían arrasar, se pierden con vinos de altos vuelos.
Y lo mismo pasa con los vinos, porque yo he visto a un reserva de Rioja quedar hecho migas ante unas inocentes mollejitas a la brasa.
En esta ocasión tuve suerte, quizás por asociación regional, quizás porque estoy enamorado de este gran cigales que ya ha dejado de ser una promesa para pasearse por los más prestigios podios del país.
Sabía que los riñones, con ese indefinido toque ácido-amargo tan característico, pedía un vino con minerales, y en el recuerdo tenía ese sabor a tinta que arranca la tinto fino de los pedregales del altozano donde está la finca.
No hay que olvidar la presencia del ajo, que no es manca y del aceitito, hay que mojar pan, pero vamos, hasta levantar el esmalte del plato, y yo creo que son esos minerales los que neutralizan el azufre del ajillo, pero lo cierto es que el vino se muestra mucho más afrutado, más goloso.
Es un vino muy potente, equilibrado y largo, por lo que se puede considerar como un todoterreno, lo digo ya que después de los riñones, podemos seguir comiéndonos el resto del corderito con el mismo vino.