Hacienda Monasterio Reserva Especial 94

Hacía tiempo que no hablábamos de esta bodega y no por nada personal, aunque bien podríamos estar rebotados por la intransigencia del señor Peter Sisseck a quién el éxito de su Pingus le ha endiosado, si no por las irregularidades con que cada botella nos sorprendía.

Ahora, después de seis meses de reposo en nuestra cueva, lo hemos probado y la verdad es que bien podemos decir que los 18 e que cuesta, están mas que justificados (en Asturias aun se pueden encontrar botellas al precio en que salió de bodega pero en Valladolid y no digamos en Madrid, ya anda por el doble).

Es un gran vino, un super ribera, con toda esa elegancia y poderío que caracteriza los míticos de esta tierra, un alta expresión pero de los que sabe cantar alto sin dar voces.

Muy maduro, con taninos finos, complejo y potente desde la nariz hasta la persistencia del posgusto que es tan larga que da pena beberlo con comida, salvo quizás con un lechazo tipo Sepulveda.