Marqués de Cáceres reserva
Bodega Marqués de Cáceres
www.marquesdecaceres.com
D.O.Ca: Rioja
Uvas: 85% Tempranillo, 10% Garnacha, 5% Graciano
Crianza: 20 meses en barricas de roble francés (1/3 nuevas)
PVP: 10,50 €
Esta es una de las bodegas españolas pioneras en la exportación, por lo que tienen bien testados los gustos de sus clientes estadounidenses y marcan siempre ese perfil bordelés a todos sus vinos, sobre todo a los reservas y grandes reservas que se elaboran con vista a largo plazo (hicimos una cata de vinos viejos que resultó espectacular).
Es un vino muy en la línea clásica de Rioja, con maderas muy marcadas, buscando la elegancia y el pulido del vino hasta resultar sedoso, aunque en las últimas añadas se busca también conservar los aromas primarios, con lo que se consigue una frescura de nuevo cuño, imposible de encontrar hace algunas décadas.
Como en el mercado americano (y todos los que siguen sus tendencias), gusta mucho el vino añejo, señalamos que este tiene un magnífico recorrido de envejecimiento de más de diez años en botella sin ningún riesgo.
T-bone steak
Este es el corte americano por excelencia, de hecho hay miles de restaurantes parrilla, incluso grandes cadenas, que lo ofrecen como especialidad, los famosos BBQ.
Su peculiaridad, y de ahí su nombre, es que se saca de la parte alta del chuletero pero sin retirar el solomillo, por lo que se ve la parte del hueso de la costilla y columna, dibujando esa forma de “T”, T-bone steak, filete de hueso con forma de T.
Resultan muy agradables porque las razas que se crían en EE.UU. para carne son muy específicas y por tanto sabrosas, porque el corte en sí, aunque sea bastante caro, no aporta nada ya que el solomillo tiene otra textura que el lomo y para colmo no son chuletas gruesas sino que han de tener el grosor de una moneda de un cuarto de dólar, poco más de dos centímetros, así que difícil dejarla poco hecha.
Maridaje
Un maridaje clásico para un vino clásico y un plato clásico, claro, pero la verdad es que esta carne, además de sus rasgos sápidos tan característicos, como se hace a la brasa de leña, coge un ligero perfume ahumado, con lo que anula esos rasgos marcados de la crianza y hace salir más los afrutados, por lo que la combinación sorprende, en el mejor sentido de la palabra, claro.
Será fácil que encuentren este vino en muchos de esos restaurantes que hemos citado, compitiendo con los agresivos californianos y los míticos franceses, pero, además de un precio imbatible, el perfil se ajusta mucho mejor a estas chuletas, porque uvas como la Cabernet Sauvignon, arrasan con sus delicados sabores y dejan la carne como si fuera estropajo.