Cava Freixenet Cuvée D.S.
Extracto del libro COMER CON VINO, Maridajes de la buena mesa española, del que pueden ver más pinchando en más +...
Cigalas de Costa, con un cava añejo
Fuera de Cataluña no hay mucha costumbre de consumir cavas elaborados con vinos añejos, sin embargo estos son los más complejos y con aplicaciones gastronómicas más interesantes, de hecho los más grandes champagnes, tipo Salon, Bollinger R.D., Cristal de Roederer, Krug, etc., pertenecen a esa familia en la que dominan los aromas evolucionados, con elegantes toques de reducción, aromas tostados, burbuja muy fina y sabores que conservan la frescura de las levaduras.
Podríamos decir que es un cava para expertos, uno de los grandes que hay que degustar con esmero para percibir en toda su grandeza.
El Plato
MARIDAJE
Para mi gusto la cigala es el crustáceo más exquisito de la mar, aunque no le hago asco a ninguno, siempre y cuando sean de máxima calidad (más vale un buen plato de lentejas que una mariscada de purrela). Son sabores muy sutiles, nada que ver con los del hermoso bogavante o una tentadora centolla. Incluso las gambas blancas tienen mucho más sabor que una cigala, por eso, cuando podemos darnos el gustazo de zamparnos una como Dios manda, hay que cuidar con mimo el maridaje.
En la primera prueba lo intentamos con un gewürztraminer del Bierzo del que tenía unos recuerdos maravillosos, de vino ligeramente perfumado (ver Luna Beberide), porque ya sabía que con un albariño no había ni que intentarlo. Fracaso total, adiós cigala. Pero tenía guardada en la recamara una bala de gran calibre, este cava de altos vuelos que me había encantado en cata. No hubo que hacer más experimentos, la unión era perfecta, respeto absoluto entre ambos, incluso, después del marisco, el cava desarrollaba nuevos sabores minerales y a especias silvestres frescas, tipo orégano y jengibre, que antes no percibí.