Castaréde, un Bas Armagnac millesimé del 1979 al que pocos se podrán resistir.
Publicado en el Diario El Comercio, año 2.001
Hay poca afición en Asturias al Armagnac, quizás porque las bocas mas vulgares lo asocien con el brandy (coñá, que se dijo toda la vida hasta que llegamos los gastrónomos con nuestros miramientos y normativas legales), pero realmente un bebedor exquisito, sobre todo alguien que no pueda beber alcohol en exceso (en una sobremesa a base Whisky puede caer tranquilamente media botella por barba), con esta bebida puede gozar lo indecible.
A diferencia del Cognac el Armagnac se elabora por detilación contínua y eso hace que las holandas sean mas delicadas, incluso en casos ya de grandes marcas, el alcohol está tan bien integrado, que resulta aterciopelado.
Este es uno de los mejores que he probado, con recuerdos a melocotón y a unas maderas tan dulces como si fuesen de canela.
No debe apenas beberse, basta con mojarse los labios para poder paladearlo durante un buen rato.