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Aguardiente de sidra L'Alquitara del Obispo

 
Enero 2006
Bodega Casería San Juan del Obispo. Tiñana. Asturias. http://www.caseriasanjuandelobispo.com
Debe haber algún trasgu en esta web que esconde las noticias más sabrosas, porque hace un par de meses que visitamos esta destilería y todavía no apareció el comentario.


Bien cierto es que hubo bastante lío de por medio, desde unas navidades hasta una hospitalización, pero la calidad de lo degustado era tan extraordinaria, que bien podía haberme acordado de cumplir con mi trabajo, porque de beberme la sidra y el aguardiente, sí que me acordé.
De la sidra ya hablaremos con más calma, porque la he testado en varias mesas y todo el que la ha probado ha dicho: “Qué maravilla, pero ¿no decías que eras detractor de la sidra de mesa, de esa llamada de nueva expresión?”, pero es que Tareco (así se llama) no está en ese paquete, sino en lo que siempre fue sidra natural, salvo que es tal calidad, que no necesita escanciado y por ello la botella es tipo Riesling y no la típica asturiana.
Lo que ocurre es que Pepín Meana elabora sidra no para comerciarla, sino para destilarla en este aguardiente, y como no necesita perras, pues se gasta más de lo que cuesta haciendo un producto que se sale de lo normal.
Tendrán que pasar algunos años para que los españoles apreciemos este tipo de destilados de tan alta calidad. Aquí basta con que nos inviten al chupito después del café para decir que está bueno. Hasta los orujos de Albariño han fracasado porque los hosteleros no pagan 20€ por una botella (el costo de un chupito de estos aguardientes no llegaría al euro, pero aún así regatean para que les salga a 0,25€, aunque sea matarratas y el cliente haya pagado 50€ per cápita).
Volviendo a nuestro protagonista, este es un destilado lento de esa deliciosa sidra que describíamos al principio. “El menor defecto de la sidra sale multiplicado por diez en el aguardiente, nos decía el patrón, por eso solo uso la sidra que yo elaboro, porque sé que, aunque esta no sea comercial por su elevado precio, es la única que me da la limpieza y potencia de aromas que necesito”.
Y es cierto, porque la verdad es que nunca había probado un destilado de sidra tan elegante. No hay rastro de hollejos (hay quién confunde el sabor a orujos con calidad natural, pero donde esté una holanda, no hay otro destilado que se pueda comparar), tan solo sutiles aromas de sidra, con un recuerdo lejano de manzana (si oliese a manzana fresca, lagarto).
Debe tomarse ligeramente fresco para que resulte más agradable, pero no congelado, aunque con apenas un par de segundos en boca despliega todos sus aromas.

Los aguardientes no son precísamente para tomar con comida sino después del café, aunque ahora esté de moda hacer maridajes extravagantes, pero a mi me salió una prueba curiosa: en vez de poner bombones en la sobremesa, puse unas migas de queso Gamoneu, así como quién no quiere la cosa, verán qué delicia con este aguardiente.

Escrito por el (actualizado: 23/08/2011)