Harira o harira tchicha

Esta es la sopa que se consume a diario en el iftar ( إفطار ), la ruptura del ayuno del Ramadán, por lo que es plato nacional en Marruecos, pero sobre todo en Túnez, donde la encontramos a diario en todos los restaurantes tradicionales.
Realmente es una sopa sabrosa y reconfortante, que incluso se come fría en verano, aunque sin carne.
Hay un producto muy perfumado que no suele aparecer en las recetas europeas, que son los limones encurtidos, algo tan familiar en sus tiendas de comestibles y especias, como las aceitunas.
En Almería preparan una parecida llamada Sopa moruna, sin duda fruto de la ocupación musulmana de la península, aunque aquella se elaboraba sin tomates, claro, ya que estos se incorporaron a las dietas mediterráneas a partir del siglo XVII.

Elaboración 

Pelamos la cebolla, la picamos en brunoise fina, lavamos el apio, y lo picamos también menudo. Finalmente, lavamos el perejil y el cilantro, y los picamos menudos.
Cortamos la carne de ternera en dados pequeños (yo uso carne picada).
Ponemos a pochar la cebolla y, cuando esté transparente, metemos la carne cortada en trocitos (yo uso carne picada) y, cuando veamos que está blanca, añadimos el resto de hortalizas junto con el tomate y las especias.
Regamos con el caldo y ponemos las lentejas y los garbanzos cocidos y pelados (valen los de bote), que en unos 20 minutos estarán blanditas.
Para terminar, metemos la pasta y dejamos que se haga (otros 20 minutos).
Servimos al momento (mejor que recalentar porque la pasta se puede ablandar demasiado), en cuencos de cerámica, a ser posible de esos multicolores que acostumbran a usar en el Magreb. Se adorna con unas hojas de cilantro y se pueden poner daditos de dátiles.

Maridajes
Ni que decir tiene que en los países musulmanes ya no se bebe alcohol, aunque sí se consumiese antaño, como muestran los versos del gran poeta Omar Kayam en los siglos XI y XII:
“Puesto que ignoras lo que te reserva el mañana, esfuérzate por ser feliz hoy.
Toma un cántaro de vino, siéntate a la luz de la luna
y bebe pensando en que mañana
quizá la luna te busque inútilmente.

Nuestro tesoro es el vino y nuestro palacio la taberna.
La sed y la embriaguez son nuestras fieles compañeras.
Ignoramos el miedo porque sabemos que nuestras almas, nuestros corazones, nuestros cálices
y nuestras vestes manchadas, nada tienen que temer del polvo, del agua ni del fuego.”

Pero luego llegaron los talibanes y lo jodieron todo. En fin.
A mí me gusta el rosado, sobre todo si la harira está alegre (yo le añado un poco de Harisa para que baile). Ya saben que mi debilidad son los spumanti italianos: Raboso rosé spago, IGT Venezia, Ferrari Spumante Maximum Rose, D.O. Trentino, Nani Rizzi Spumante Rosé brut, D.O. Veneto, pero en España hay rosados muy aparentes, sobre todo los de Cigales, como Hiriart élite, Nicte de Avelino Vargas, o Viña Picota de Félix Sanz.