Lasaña de cordero con hortalizas
A pesar de que las lasañas se considere hoy día un plato exclusivamente italiano, su origen es tan antíguo que ya incluso en el Levítico se hace mención a ellas y por tanto se puede deducir que debieron ser propias de los almuerzos de los canteros de Hiram, ya que era una comida realmente popular y sagrada.
En realidad la lasaña es una evolución de los famosos panes ácimos de la Pascua de Yaveh, como pueda ser la Moussaka griega y el Pisto Manchego español.
Puesta en marcha.
1. Doramos en aceite los dientes de ajo con la cebolla picada menuda. Mientras tanto deshuesamos la pata y picamos la carne limpia en trozos como garbanzos, se ponen en un bol y se salpimientan aliñandolos con unas gotas de vinagre y un poco de tomillo. Luego se vierte el sofrito por encima y se amasa todo bien.
2. En una bandeja de horno pondremos a asar las hortalizas rociadas de aceite y sin sal. Cuando estén bien blandas, se sacan, se pican y se salpimientan.
3. En una olla con abundante agua salada e hierviendo, se cuecen las obleas de lasaña procurando que queden enteras. Cuando estén blandas se sacan y se secan sobre un paño.
4. Restregamos con ajo el fondo de una fuente honda que resista el horno, a ser posible de barro, rociamos con un poco de aceite, y colocamos dos lasañas. Sobre estas extendemos una capa de carne que debe quedar bien compactada, rociamos de bechamel y ponemos otras dos lasañas encima. Ahora va la capa de hortalizas y encima o tras dos obleas. Si nos ha sobrado un poco de cada picadillo, podemos mezclarlo y poner una tercera capa al aire que cubrimos de bechamel y queso Parmigianno recién rallado.
Se meteal horno y se deja hasta que se dore.
Debe reposar un poco para compactar y luego, para servir el pastel, se parte en cuatro.
Variantes del plato:
Actualmente el sabor del tomate está indisulublemente asociado a la cocina mediterranea, pero recordemos que este producto llegó de América y por tanto hasta hace apenas cuatro siglos ni se conocía. Conviene probar la receta así y luego si se quiere, se puede añadir un picadillo de tomate frito sobre la carne, las hortalizas o donde se quiera.
Libaciones:
Como en casi todos estos platos de origen árabe, el vino no juega un papel importante, de ahí que lo mejor sea un rosado joven, perfumado y fresco, quizás catalán.
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