El Pisto de la Reconquista
Publicado solo en gallego en el libro A Cociña do Inverno, de la colección Cociña Galega das Estacións, año 1995.como variante de la receta: Pisto de matanza
Resulta más que probable que durante los siglos que duró la Reconquista, los caballeros cristianos cada vez que vencían a los infieles, celebrasen la victoria con un banquete en que rodaría la carne de cerdo, como en los libros de Astérix, ya que según cuentan, el comer cerdo era signo de ser cristiano viejo sin mácula sarracena.
De lo que sí puedo dar fe, a pesar de no haber estado allí, es de que la receta del amigo Nando no era la que usaban aquellos nobles cristianos ya que ni conocían los pimientos, ni las patatas, ni el pimentón. Incluso hay dudas sobre el calabacín.
Quizás la receta fuese así:
Se frie la cebolla con los ajos como en la receta anterior y cuando toma color, se añaden berenjenas cortadas en rodajas gruesas y nabos en láminas finas, se rocía de buen vino blanco hasta cubrirlo, se salpimienta y aromatiza con laurel, tomillo y comino y se deja cocer a pleno fuego de hoguera.
Mientras, en otra olla se escaldan castañas y se pelan, después se ponen en una sartén con miel y orujo y se cuecen hasta que queden caramelizadas y entonces se pasan a la otra olla, la del pisto, se agrega el hígado, la sangre y un buen puñado de uvas pasas, se rehoga bien todo sin cesar de remover y se deja reposar.
Al final se recalienta un poco y se come a puñados, lanzando rugidos y amenazas contra el moro (hoy día le llamaríamos fundamentalista islámico) para que no vuelva a reclamar su tributo de cien doncellas.
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