Secreto crianza

Extracto del libro La Bodega en casa y sus maridajes, del que pueden ver más pinchando en +

 

Un nuevo Secreto

Cambian los tiempos, cambian los vinos, que diría Cicerón.

Quién haya leído mis comentarios obre este vino en la anterior guía de maridajes, verá un cambio radical, y es que realmente este Secreto es otro muy distinto al que estábamos acostumbrados, de hecho ni siquiera sigue el perfil de los vinos que caracterizan la zona de Quintanilla de Onésimo, esos golosotes que sirven tanto para acompañar un gran plato de caza, como para deleitarnos una sobremesa.

La crisis ha hecho que las grandes bodegas cambien de táctica, por ejemplo acortando los tiempos de crianza a menos de la mitad, lo da lugar a nuevos vinos que pueden llegar a sorprendernos, hasta el punto de ser irreconocibles, como es el caso de este alta gama de la bodega Viña Mayor que hasta ha bajado su precio a la mitad.

Borren de su memoria aquel Secreto que conocían, porque si su imagen ha cambiado, el contenido de la botella lo ha hecho aún más (para los amantes del reserva, aún se sigue elaborando, pero este es la novedad).

Para muchos críticos este nuevo Secreto es mucho más vivo, incluso más sugerente que aquel que nos llenaba la boca de frutos negros maduros. Ahora son frutillos rojos y unas maderas más especiadas, un vino mucho más alegre, aunque yo hecho de menos aquellas vainillas y toffees que te dejaban un postgusto goloso a cada trago.

No cabe duda de que el ajuste en su tiempo de crianza ha gustado mucho, de ahí que vuelva a aparecer en este libro como uno de los Riberas más interesantes y digno de ser examinado por cada consumidor en vez de el reserva.

 

 

Con qué disfrutar de este vino

Ventrisca de bonito al horno (ver receta)

Para la mayoría de los españoles la ventrisca de bonito es una conserva, antaño carísima, hoy a precio de saldo gracias a los túnidos que se pescan de estraperlo en las costas Somalia, pero pocos saben que una ventrisca de bonito fresco del Cantábrico es uno de los bocados más exquisitos y cotizados de nuestra costa, un manjar que solo podemos degustar un par de meses en verano, cuando estos animalitos se acercan a la costa.

Es un plato de discutible maridaje, porque hay quién, a pesar de ser una parte tan grasienta que empalaga, prefiere acompañarlo con un blanco, pero la moría de los “ventrisqueros”, solemos elegir un tinto, generalmente de Rioja por aquello de que la costumbre de comer esta parte del bonito así, nos llegó del País Vasco, pero al probar este Secreto, me pareció que podía ser una combinación ideal, y vaya que si lo fue, porque hasta el vino sabía más redondo que en cata.

No obstante este vino, a diferencia del reserva, es muy versatil, hasta el punto de que el maestro Proensa lo aconseja con el lechazo y el cerdo ibérico, dos bocados radicalmente distintos.