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Recoletas crianza

Recoletas crianza
 
Recoletas crianza
Bodega: Recoletas
DO: Ribera de Duero
Uvas: 100% Tinta del país
Crianza: 12 de barrica francés y americano
P.V.P.: 12 €
 
 
 

 

Extracto del libro La Bodega en casa y sus maridajes, del que pueden ver más pinchando en +

Un Ribera goloso
Ya sé que esta expresión es bastante poco ortodoxa, pero a la vez yo creo que es bastante gráfica, porque, sabiendo que estamos ante un gran vino, el decir que está goloso, implica toda una serie de percepciones, como carnoso, con aromas a canela, vainilla, toffe, frutas negras muy maduras, etc.

Hace treinta años, cuando en estas tierras solo existía Vega Sicilia y alguna incipiente bodega de calidad, y un servidor se inició en el apasionante mundo de la cata profesional, Pascual Herrera era ya un experto en todo lo referente a la viticultura de la Ribera, por lo que era de esperar que el día que decidiese hacer su propia bodega, los resultados no se dejarían esperar y aquí están sus vinos ganando premios de tanto prestigio como el Zarcillo de oro para este crianza.
Como pueden ver, hemos recogido un abanico de vinos supuestamente similares (crianzas) de la misma D.O., con el fin de ustedes puedan hacer una cata comparativa y ver hasta qué punto hay diferencias abismales entre ellos, y sin hablar de calidades, porque, obviamente, todos son vinos de máxima calidad en su segmento.
Este procede de Quintanilla de Onésimo, la zona occidental de la Ribera, lo que para muchos es la parte noble, pero no es el único, y sin embargo se destaca del resto por esos rasgos que he englobado en el adjetivo goloso, porque es la primera sensación global que percibimos cuando metemos el vino en boca.
Luego, con más calma, vamos notando nuevos matices, como son los balsámicos, algo de tinta china, tabaco rubio, algún mineral, pero todo enmarcado en esas frutas maduras y carnosas que nos llenan la boca desde el primer sorbo.

 

Con qué disfrutar de este vino
¿Un vinazo de la ribera con un pescado al horno? Pues sí, y no vean que maridaje más delicioso, salvo que uno tenga prejuicios raciales.
La cosa venía de tiempo atrás, de mi anterior libro en que me las vi y me las desee para maridar un besugo al horno. Probé cuatro blancos y cuando ya estaba a punto de rendirme, me eché al coleto un trago de tinto y aluciné.
En esta ocasión, y tras epatarme este delicioso crianza, decidí salir pitando a la pescadería y me encontré con unas doradas salvajes que acababan de entrar. Perdonen mi pedantería, pero es que en Asturias todavía nos podemos permitir esos lujos, y el contraste de sabores entre la carne de una lubina del Cantábrico, perfumada, con aromas a ocle y yodo, y afrutado y concentrado sabor de este vino, hacen un conjunto que, una vez que se prueba, queda establecido de por vida.
Obviamente no se puede circunscribir este vino a los espáridos, porque su presencia en mesas de caza, o con unas chuletillas de lechazo al sarmiento, serán éxito seguro.
Lógicamente hará las delicias con quesos tipo manchego bien curado, pero no se olviden de que también es un vino de televisión, o sea, para tomarse una copa después de cenar, relajados en el sillón y mirando las sandeces que dice la caja boba.

 

Escrito por el (actualizado: 13/01/2012)