Ramón Bilbao Edición Limitada
Bodega Ramón Bilbao
D.O.: Rioja
Uvas: 100% Tempranillo
Crianza: fermentación en tinos de roble francés, crianza de 14 meses barrica nueva y 8 de bodega
PVP: 11 €
Extracto del libro Un vino para cada pincho, maridajes de la Cocina Canalla.
El buen hacer de esta bodega se está viendo recompensado en estos tiempos turbulentos, porque hasta en su gama más alta están sabiendo mantener su política de contención de precios, de ahí que, en vez de recomendar su crianza, me ha parecido más espectacular poner esta edición limitada, un vinazo capaz de encandilar a los riojistas clásicos..., y a los que buscamos otras cosas.
La primera percepción que nos llega es la calidad de las maderas, perfectamente identificable ya en nariz, pero nada que ver con aquellos tablones de antaño, porque aquí se siente cómo está integrada en algo mucho más complejo que notamos al primer trago.
No son frutas muy marcadas, porque la crianza es dura, pero sí quedan matices de frutos negros, en la línea de las ciruelas, pero de nuevo nos salen aromas relacionados con la madera, balsámicos, canelas, incluso algún toque ahumado. Pero por encima de todo es un vino muy bien ensamblado, complejo pero sedoso, hasta se podría definir como fácil de entender.
Ostras
Muchas veces pienso que es mi pasión por este bivalvo lo que me induce a colocarlas en cualquier punto de la comida, pero lo cierto es que comparto este vicio con tantos buenos gastrónomos, que al final llego a pensar que tengo razón.
Media docenita de ostras con una copa de cava a eso de las once de la mañana, nos pondrá el cuerpo de jota para seguir trabajando alegres hasta la hora del aperitivo.
Y no digamos ese plato golfo que a veces surge milagrosamente a media noche, cuando ya empezamos a dudar de nuestra identidad y que nos recompone el cuerpo como si se tratase de una panacea.
En España no hay apenas costumbre de degustarlas gratinadas, absurdo error porque si bien crudas están deliciosas, con una muselina de albariño y un golpe de grill, están de marear.
Maridaje
No es por enredar ni por llevar la contraria a quienes no se apean de la copa de cava o del albariño (con el Mar de Frades están deliciosas), pero es que hace tiempo probé algunos moluscos con algún tinto de Rioja y desde entonces me gusta comprobar hasta qué punto estoy desquiciado o tengo algo de razón.
No les aconsejo que impongan mi criterio, porque habrá comensales que se pueden cabrear y llamarles snobs, sólo les pido que hagan la prueba, incluso a solas, y verán qué sensaciones y comprobarán cómo después de engullir una ostra saladita, el vino se vuelve dulce, goloso, con frutas que antes no existían.
Luego, tras paladear un par de tragos, volvemos a la carga con el bocado marino, y verán cómo se notan más intensamente esos sabores a algas, a ocle. Ya digo que es un maridaje gourmet, para disfrutar de una experiencia nueva.