Valtravieso VT 03
100% Tinta Fina (hay dos VT, este, que es monovarietal, y otro con coupage de Cabernet y Merlot), 8 meses de roble nueva y maloláctica en barrica.
No está ni medio llena, ni medio vacía, está completamente vacía, porque estrujé hasta la última gota, porque así es como a mi me gusta probar el vino, bebiéndolo como Dios manda, sobre todo cuando se está ante un vinazo de gran categoría como este (hay algunos cursis que presumen de no beber, solo catar y puntuar; que se j..., ellos se lo pierden).
Esta bodega tuvo sus avatares, pero lo que yo valoro es lo que bebo y este VT03, aunque suene un poco a australiano, es un ribera de los de antes, de los que nos enamoraron en los ochenta.
Algunos de esos amanuenses de los que doy buena cuenta en el próximo número de PlanetaVino, dirán que está cargadito de maderas empalagosas, ya saben, regaliz, vainilla, tostados, etc.
Está muy de moda decir eso entre los iconoclastas que no reciben pago de la bodega citada, pero lo que no tienen en cuenta es que, para soportar esos robles nuevos, detrás tiene que haber mucho vino, como es este el caso.
Un 92/100 en la guía Proensa es mucho, eso en la añada 02, en esta 03, me temo que estará aún más arriba, aunque haya quién le ponga más puntos a un Protos ... Señor, señor, y luego me tildan de casuista.
A los ya habituales sabores de uva sobremadura y chocolates de diseño 70% cacao, hay que destacar un escondido recuerdo a fruta fresca, casi verde, elegantísimo y que potencia la estructura de acidez, haciendo el conjunto mucho más complejo y digno de degustarse con esmero.
Debe servirse a unos 16ºC para que se abra mejor en la copa y, al enfriarlo, es posible que precipite algún poso ya que está embotellado sin filtrar.
Esta bodega tuvo sus avatares, pero lo que yo valoro es lo que bebo y este VT03, aunque suene un poco a australiano, es un ribera de los de antes, de los que nos enamoraron en los ochenta.
Algunos de esos amanuenses de los que doy buena cuenta en el próximo número de PlanetaVino, dirán que está cargadito de maderas empalagosas, ya saben, regaliz, vainilla, tostados, etc.
Está muy de moda decir eso entre los iconoclastas que no reciben pago de la bodega citada, pero lo que no tienen en cuenta es que, para soportar esos robles nuevos, detrás tiene que haber mucho vino, como es este el caso.
Un 92/100 en la guía Proensa es mucho, eso en la añada 02, en esta 03, me temo que estará aún más arriba, aunque haya quién le ponga más puntos a un Protos ... Señor, señor, y luego me tildan de casuista.
A los ya habituales sabores de uva sobremadura y chocolates de diseño 70% cacao, hay que destacar un escondido recuerdo a fruta fresca, casi verde, elegantísimo y que potencia la estructura de acidez, haciendo el conjunto mucho más complejo y digno de degustarse con esmero.
Debe servirse a unos 16ºC para que se abra mejor en la copa y, al enfriarlo, es posible que precipite algún poso ya que está embotellado sin filtrar.
Es difícil meterlo en una comida, aunque a la bodega seguro que no estará para nada de acuerdo conmigo, pero este tipo de vinos requiere dedicación exclusiva. Un lechazo con el Valtravieso crianza estará delicioso, pero este debe paladearse solo, si acaso con una buena jarra de agua fría cerca para refrescarse la boca entre trago y trago, que ha de espaciarse al menos diez minutos porque el vino dura y dura, cambiando de matices cada poco.