Quinta Quietud
Publicado en la guía Asturias gastronómica, 2005/2006
Tinto Crianza Bodega Quinta de la Quietud D.O. Toro Uva Tinta de Toro 16 meses de barrica 70% Francés, 30% americano PVP 5,20
Tinto Crianza Bodega Quinta de la Quietud D.O. Toro Uva Tinta de Toro 16 meses de barrica 70% Francés, 30% americano PVP 5,20
Ya no sé si es crianza, reserva, barrica o María Santísima, porque con este burdel de clasificaciones y desclasificaciones, ya no se entiende uno. Con 16 meses de barrica y otros 6 de botella en bodega, salir sin contra, tiene castigo.
Parece mentira que una D.O. en pleno proceso de lanzamiento hacia el estrellato, con uno de los mayores porcentajes de supervinos bajo su manto, siga mirando a las musarañas en vez de dar ejemplo y poner los puntos sobre las íes ajustando sus normativas a las exigencias del mercado (hasta el Termanthia, uno de los vinos más caros de España, sale al mercado sin identificación de categoría).
Este Quinta Quietud tiene la virtud de estar en tienda por debajo de los 6 €, lo cual no es broma porque los toresanos, a pesar de asegurar que “Zamora no se tomó en una hora”, sí han pasado de los veinte duros a los veinte euros en un suspiro.
Es un vinazo, con el marcado carácter de la tierra, muy poderoso, mineral, frutas maduras y taninos radicales (algo verdes y rasposos), pero que, dejando el vino airear un día (ya sé que eso sólo se puede hacer en casa), cobra tal potencia de sabores, que hasta los 14,5º de alcohol, se integran en un todo armómico.
Parece mentira que una D.O. en pleno proceso de lanzamiento hacia el estrellato, con uno de los mayores porcentajes de supervinos bajo su manto, siga mirando a las musarañas en vez de dar ejemplo y poner los puntos sobre las íes ajustando sus normativas a las exigencias del mercado (hasta el Termanthia, uno de los vinos más caros de España, sale al mercado sin identificación de categoría).
Este Quinta Quietud tiene la virtud de estar en tienda por debajo de los 6 €, lo cual no es broma porque los toresanos, a pesar de asegurar que “Zamora no se tomó en una hora”, sí han pasado de los veinte duros a los veinte euros en un suspiro.
Es un vinazo, con el marcado carácter de la tierra, muy poderoso, mineral, frutas maduras y taninos radicales (algo verdes y rasposos), pero que, dejando el vino airear un día (ya sé que eso sólo se puede hacer en casa), cobra tal potencia de sabores, que hasta los 14,5º de alcohol, se integran en un todo armómico.
No tenemos por aquí mucha costumbre de comer rabo de toro, pero en algún comedor de los llamados de autor suelen ponerlo deshuesado y es un plato ideal para este vino. En el Balneario de Salinas hacen un cordero deshuesado, con una salsita reducida muy concentrada y gelatinosa que también la va bien. Todos estos guisos funcionan, incluso la lengua estofada que prepara Ángela en Casa Emburria.