Muga, crianza 1998
Publicado en la guía Asturias gastronómica 2003/2004
Aquí sí que me hubiese gustado poder recomendarles su vino de alta expresión, el Torre Muga, pero 42€ es mucha tela, demasiada para poder beber a gusto, mientras que este criancita, sin ser para tirar cohetes, da el perfil de la seriedad que tiene esta casa, una de las más nobles de La Rioja.
Olvídense de aquel Prado Enea que parecía envejecido en maderas de ataud más que en barricas de roble (todavía hay nostálgicos que conservan añadas antiguas, sobre todo del 70, por curiosidad pruébenlo y verán de lo que hablo). Hoy Muga, tras el éxito de su magnifico Torre Muga 94, ha evolucionado como pocos y sus vinos, manteniendo el carácter del terruño y hasta el perfil riojano, se han vuelto más frescos, más alegres, con recuerdos de la fruta de donde salieron y, sobre todo, con una cuidadísima crianza para no caer en los defectos de exceso de madera que los caracterizó durante tantos años.
Este crianza es buena prueba de lo que describo. Mantiene algo de frutosidad, no mucha, pero su bouquet es elegante, complejo, capaz de dar una alegría a los riojistas, pero sin desagradar a los que preferimos las nuevas corrientes.
Percebes cocidos (La Zamorana).
Cuando mi amigo Nando, de A Pousada do Almacén, en Cervo, Lugo, me dijo que a él los percebes le gustaban con un reserva de Rioja, casi lo mato. Cuando hice la prueba, casi le pongo en un altar. El percebe es casi todo agua y encima salada, por eso pide poco vino, pero sobre todo que este sea cálido, nunca frío, porque ya bastante fría está la boca con tanta sal. Y encima el vino potencia sus sabores yodados y su bouquet resulta más armónico, casi dulce.
Publicado en el libro Asturias gastronómica, año 2.003. El nombre entre parentesis corresponde al restaurante donde se prepara el plato (mas información en el botón Restaurantes de Asturias).