Lezcano

Otra joya de la corona, un verdadero Ribera de Duero de Valladolid, pero elaborado en la vecina D.O. de Cigales, que como solo tiene fama de rosados (allí les llaman claretes pero ese termino ya está prohibido por la reglamentación), y no precísamente muy buenos que digamos, pues no tiene imagen, y ya saben que eso es lo que mas se cotiza.

Este crianza lleva un pequeño porcentaje de uva Merlot, que aporta ese peculiar aroma a violetas, pero realmente el protagonismo lo ostenta la Tinto Fino, dueña y señora de los grandes vinos castellanos, que este caso se muestra en todo su esplendor y potencia.

Es un vino potente, pero para los aficionados al tinto puede entrar desde el principio de la comida, sobre todo si los aperitivos son de chacinas o embutidos.