La Montesa
Bodega Palacios Remondo
DO: Rioja
Uvas: 45% Garnacha, 40% Tempranillo, 15% Graciano y Mazuelo
Crianza: Un año en barrica
P.V.P.: 11 €
Otros vinos de esta bodega:
Herencia Remondo Seleción
La Vendimia
Plácet
Propiedad
Queso tipo manchego, con un crianza de La Rioja Baja
Extracto del libro COMER CON VINO, Maridajes de la buena mesa española, del que pueden ver más pinchando en más +...
Extracto del libro COMER CON VINO, Maridajes de la buena mesa española, del que pueden ver más pinchando en más +...
Hoy día, en casi todas las bodegas de Rioja hacen monovarietales de Tempranillo, ver un gran vino con dominante de Garnacha suena raro, pero si les digo que el más alto de su gama, el Propiedad, lleva un 55%, comprenderán que algo hay.
En primer lugar está Alvarito Palacios de por medio, el rey de las garnachas viejas del Priorato, pero lo más interesante es probarlo y ver como esta uva, arropada de Tempranillo y con pocos años de botella, es ese rioja rico, rico, que recordamos de las menestras de Alfaro, de La Rioja Baja, de la pobre, pero de donde salen la mayor parte de los vinos para abastecer al resto de la DO.
El plato
Se preguntarán ustedes porqué no digo Queso Manchego, y es que, con este perfil, en España se hacen miles de quesos que en muchos casos superan en calidad a los acogidos a ese Consejo Regulador, que por otro lado nos indicó sin el menor reparo, que no tenían el menor interés en promocionar sus productos.
De hecho los elaboradores así lo confirmaron, de modo que yo me quedo con los de Castilla-León, que son más fáciles de encontrar y me dan más alegrías.
Para este maridaje hay que buscar uno de media curación, que es como mejor sabe la combinación, aunque los añejos también funcionan de regalo, pero los muy tiernos no, salen sabores amargos desagradables.
MARIDAJE
Les sonará a regalo para bodega, ya saben que con queso, todo vino sabe rico (recuerden el refrán de “que no te lo den con queso”, ya que era un truco antiguo de los bodegueros para que su producto supiese mejor), pero eso no es cierto, lo primero porque hay mil clases de queso, concretamente éste, el tipo manchego, que es el más consumido en España, no armoniza con cualquier vino.
De hecho hicimos varias pruebas con riojas, ya se sabía que los tiros irían por ahí, fue la Garnacha quién tenía la clave, aunque tampoco sola.
Con un monovarietal de viñas viejas de Navarra, el vino se volvía amargo.
Es este coupage tan tradicional, el que se hizo toda la vida en Rioja, es lo que dio ese punto de armonía que hasta se vuelve vicioso, porque un trago de vino invita a comer otra tajada de queso y ésta, otro trago de vino. Conviene elegir también un buen pan, porque es un tercio de maridaje.
Yo les aconsejo las hogazas de pan candeal, ese de miga apretada que en algunas regiones se dice “de masa bregada”.
También sabe de maravilla con la torta castellana de Aranda, que lleva un poquito de aceite, pero no con los gallegos o leoneses, saben demasiado a humo y arruinan el vino.