Beronia Tempranillo

Si lo conocían antes, olvídense de su perfil, sobre todo en los últimos años en los que los problemas en el seno de la propiedad repercutían en los medios de producción y elaboración. Ahora todo está estable, equilibrado y funcionando como un reloj, lo que se nota de forma palpable en la calidad del producto final.

Es un Rioja clásico, con esa peculiar pérdida de sabores primarios y predominio del bouquet (aromas de la crianza), pero las nuevas tecnologías están permitiendo que Matías Calleja, el padre de la criatura desde hace tres décadas, esté manteniendo un fondo de frutos rojos bien maduros que le aporta una gran carnosidad al vino, lo que lo hace más goloso a apetecible para los nuevos bebedores menos riojistas.

Perdonen por la nula representatividad de la foto y la generalidad del título, pero es que cada provincia tiene su peculiar forma de prepararlos, y consecuentemente de bautizarlos, de modo que recurro a la abstracción y escurro el bulto.

Las dos formas más exquisitas son a la Bourguignonne y a la “llauna”, que es algo así como una Bourguignonne a lo bestia, pero creo que solo se preparan así en Lérida, así que me centro en esos caracoles en salsa, generalmente con un poco de jamón, incluso algo de chorizo, y una salsita a base sofrito de cebolla y tomate, donde los caracoles sueltan su sabor haciendo una deliciosa tapa que, gracias a Dios, aún se suelen encontrar en bastantes regiones de España, sobre todo en las del interior, como Rioja o Palencia

La verdad es que este vino sirve lo mismo para los caracoles Bourguignonne que para los que llevan una poderosa salsa riojana. Me daban miedo el mejunje de ajo y mantequilla de los escargots (así los llaman los snobs ingleses), y el aliolí de los leridanos, pero ya he comentado que hay maridajes que sorprenden y este es uno, porque este vino soporta bien el ajo.

Pero aquí tratamos las salsitas esas de tomate, que también se las traen, y en este punto es donde este crianza más me sorprendió, porque pensé que se volvería ácido y falto de cuerpo, pero mantuvo el tipo, incluso se creció. Sí conviene tener cuidado con el picante, porque hay bares que se jactan de ponerlos “alegres” y parece que la capsaicina ejerce un extraño efecto sobre los tintos, sobre todo los crianzas, y es que los vuelve muy ardientes, quizá por la irritación provocada en las papilas.