Embruix 2002
Bodega Celler Vall Llach, D.O. Priorato, 2002, 30% Cariñena, 30% garnacha, 30% Cabernet, 10% Syrah, 12 meses de roble, PVP 16€
Es algo así como el priorato de los pobres, un quiero y no puedo, un sucedáneo de estos que están sacando los “Cellers” al ver que cada vez somos menos los parroquianos dispuestos a aflojar varios miles duros por cada botella en una comida.
Hay que reconocer que el Vall Llach del 2002 está atómico, brutal, de lo mejorcito que he probado este año, pero es que 60 € son diez mil pelas y claro, rebasando los 20 €, no puede estar en esta guía.
El truco para que este vino adquiera esa voluptuosidad característica del Priorato, es abrirlo de un día para otro, de esa forma se vuelve más goloso, refuerza los toques de vainilla y café, pierde un poco de su acritud, pero mantiene todos esos matices minerales que dan las pizarras tarraconenses.
De todas formas el Priorato ha perdido un poco el Norte porque al principio todo les salió bien y se pasaron siete pueblos, ahora la cosa empieza a torcerse, el mercado les está poniendo en su sitio (y sino vean como van de precio y calidad los vinos valencianos) y ellos, en vez de reconocer que las balas son de plomo, dicen que son avispas y pretenden capear el temporal con estas medias gamas ¡pero es que cuestan casi 3.000 pelas!
Hay que reconocer que el Vall Llach del 2002 está atómico, brutal, de lo mejorcito que he probado este año, pero es que 60 € son diez mil pelas y claro, rebasando los 20 €, no puede estar en esta guía.
El truco para que este vino adquiera esa voluptuosidad característica del Priorato, es abrirlo de un día para otro, de esa forma se vuelve más goloso, refuerza los toques de vainilla y café, pierde un poco de su acritud, pero mantiene todos esos matices minerales que dan las pizarras tarraconenses.
De todas formas el Priorato ha perdido un poco el Norte porque al principio todo les salió bien y se pasaron siete pueblos, ahora la cosa empieza a torcerse, el mercado les está poniendo en su sitio (y sino vean como van de precio y calidad los vinos valencianos) y ellos, en vez de reconocer que las balas son de plomo, dicen que son avispas y pretenden capear el temporal con estas medias gamas ¡pero es que cuestan casi 3.000 pelas!
Tres de sus cuatro uvas son bastante empalagosas, lo que hace de este, un vino denso, cálido (14,5% de alcohol), para beber en pequeños tragos y con sabores de otoño, de caza, fuertes, bravíos. Hoy se encuentra mucha caza en Asturias, sobre todo en jornadas, algunas de ellas ya famosas como las del Palacio de Cutre o las de De Torres. A mí me gusta al modo tradicional, nada de sangrantes, salvo las pechugas. Prueben en Casa Víctor.