Daimon
Daimon de Tobía
Bodega Tobía
www.bodegastobia.com
D.O.: Rioja
Uvas:56% Tempranillo, 22% Graciano, 16% Garnacha, y 6% Merlot.
Crianza: maloláctica en barrica y13 meses de crianza.
PVP: 7,50 €
Extracto del libro Un vino para cada pincho, maridajes de la Cocina Canalla.
Cada poco Óscar Tobía nos sorprende con algún nuevo invento, y es que, desde que se hizo cargo de la bodega de sus abuelos, no ha dejado de innovar, experimentar y sacar al mercado vinazos como aquel formidable Alma de Tobía, que se mantiene en el mercado a pesar de la regresión que están padeciendo los vinos de autor.
En esta ocasión Óscar ha apostado por romper todos los esquemas riojanos y, a pesar de manejar uvas autóctonas, ha conseguido un vino nuevo, audaz, capaz de provocar interesantes debates en torno a una copa, algo muy interesante cuando estamos con unos amigos.
De mano nos encontramos con una nariz golosa, con frutas muy maduras, tipo ciruela negra, con algunas flores y una madera tostada muy integrada, pero al meter el vino en boca nos encontramos con algo nuevo, con un conjunto de sabores muy complejo en el que las frutas se mantienen, pero asoman rasgos a especias que nos recordarán a los vinos piamonteses de Barolo, quizás por el suelo arcilloso-calcáreo.
Pulpo a feira
Hasta mediados del siglo XX, el pulpo se secaba en las costas gallegas y se trasportaba así al resto de España, de ahí que las grandes pulpeiras fuesen del interior, principalmente de Carballiño en Orense. Hoy ya viene todo congelado de lejanos mares, pero lo cierto es que nadie sabe darle el punto como las pulpeiras gallegas, claro que como dicen que hay un bar gallego hasta en la luna, pues problema solucionado. En Asturias se come mucho y me imagino que en el resto de España también, pero tienen la manía de cortarlo fino, me imagino que para ahorrar costos, y el pulpo debe estar cortado a tijera, en trozos que llenen la boca, para poder apreciar su textura y el contraste entre el aliño de aceite y pimentón y el sabor a mar de su carne.
Maridaje
Lo típico del ambiente tabernario hispano es comer el pulpo con uno de esos pestilentes ribeiros turbios que, gracias a Dios, poco a poco van desapareciendo de nuestras mesas, pero lo auténtico, el vino con que los eruditos gallegos lo quieren, es con un poderoso tinto de uva Sousón. Aún se elaboran pocos de calidad y apenas salen de la zona, así que cuando probé este Daimon y me vino al recuerdo aquellos complejos Barolos, pensé que podía ser un maridaje peculiar, y vaya que si lo fue. El pulpo en sí ya es una dura prueba para el paladar, pero curiosamente no pide refresco, sino la cálida compañía de un tinto con cuerpo, de modo que al entrar el Daimon la boca lo recoge como una golosina, porque sabe más afrutado, más intenso, más corpulento. La vuelta al pulpo es franca y limpia, a pesar del largo recorrido del vino, quizá por ese carácter especiado que comenté en su descripción.