Pazo de Señorans 2010

Extracto del libro La Bodega en casa y sus maridajes, del que pueden ver más pinchando en +

Llevo muchos años pidiendo al CRDO que deberían emitir una contraetiqueta que distinguiese los grandes vinos de albariño, de los más normalitos, que también están muy ricos, pero para beberlos en el año, mientras que estos otros, los que aquí bautizo como “Vinos de guarda”, son maravillas que con el paso del tiempo evolucionan hacia otra cosa, hacia una nueva dimensión, que en la mayoría de los casos suele ser afrodisíaca.

No vale cualquiera, solo aquellos que tienen una gran estructura de acidez y una IPT más elevada de lo normal, pueden aspirar a esta evolución, pero el bodeguero ya sabe elegir cuales valen y cuales no, pero todo esto hay que transmitirlo al consumidor, porque la mayoría piensa que si es albariño, incluso cualquier vino blanco, hay que beberlo lo antes posible y siempre de la última cosecha.

 

 

Pazo de Señorans

Esta bodega ha sido siempre símbolo de la máxima calidad en los vinos de Albariño, no en vano su propietaria ha sido durante muchos años la presidenta del CRDO y por tanto tenía que dar ejemplo.

Un ejemplo de todo la dicho en la página anterior se puede comprobar en su vino de selección de añada, aunque la producción es muy restringida y su precio elevado, aunque más que justificado, porque se pasa 30 meses de crianza sobre sus lías.

En esta ocasión recomendamos su vino del año porque es muy interesante ir viendo su evolución. Incluso si encuentran ustedes botellas atrasadas, cosa difícil porque es un vino que vuela, cómprenlas y disfruten de una evolución que les sorprenderá.

De mano, con este vino del año, apreciarán que es un vino para entendidos. Nada de aspavientos ni de súper aromas, es albariño en su estado puro, aunque con una elegancia difícil de encontrar en otros vinos de la zona.

 

Con qué disfrutar de este vino

Tataki de atún (ver receta)

Puede resultar un tanto snob considerar este sofisticado plato de la cocina japonesa como un picoteo casero, pero la realidad es que en el siglo XXI la cocina de este país ha invadido nuestros gustos y cada vez hay más aficionados que se atreven a hacer preparaciones, sobre todo teniendo en cuenta la invasión de chinos que están falsificando cocinas de otros países orientales, incluida la elegante mesa japonesa.

No suelo recomendar albariños con el pescado porque en muchos casos la potencia aromática del vino eclipsa el plato, pero en este caso, no, porque ya he dicho que es un albariño más elegante que espectacular, y como el plato tiene bastante sabor, pues la combinación es de una armonía exquisita.

De hecho la cocina japonesa, la auténtica, es muy delicada, incluso hasta elegante, por lo que este vino le va como anillo al dedo, porque es elegancia sobre elegancia, lo que puede proporcionarnos una cena de amigos inolvidable.

Y ya saben, si encuentran una botella de Pazo de Señorans del 2004, no la rechacen, disfrútenla con la máxima concentración, porque descubrirán sabores insospechados.