Lusco joven
Bodega Lusco do Miño
DO: Rías Baixas
Uvas: 100% Albariño
Crianza: No
P.V.P.: 12 €
Otros vinos de esta bodega:
Pazo Piñeiro
Zios
Cochinillo asado, con un poderoso Albariño do Condado.
Extracto del libro COMER CON VINO, Maridajes de la buena mesa española, del que pueden ver más pinchando en más +...
Salvaterra do Miño es la frontera con Portugal, el sur de Galicia, la subzona Condado do Tea, donde se logran los vinos más densos, más poderosos (dependiendo siempre de la capacidad y voluntad del enólogo, claro), con fragancias que sorprenden, como estos recuerdos a azahar que no recuerdo en otros albariños.
También es patente una gran fuerza, incluso aromas verdosos como a boj, algo que tampoco se prodiga mucho en estos vinos.
De cualquier modo estamos ante uno de los grandes blancos de España y por tanto hay que catarlo a fondo para sacar todo ese caudal de matices.
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El cochinillo es una golosina que sólo se puede comer en España, porque si en otro país civilizado sacrificasen animalitos con tres semanas de vida (máximo), intervendría Greenpeace. Puede hacerse entero y al horno, sin nada más que sal y agua. Si el asador es bueno, el resultado es glorioso, si es torpe, incomible. Yo he probado estupideces de nueva cocina intentando irse por las ramas. Sandeces. Como decía Joaquín Merino sobre la tortilla de patata deconstruida: “…para qué narices hacía falta deconstruirla, si estaba tan rica de toda la vida”. Hasta hace poco sólo lo comía en La Pinilla de Arévalo, ahora también en El Asador La Miranda, entre Oviedo y Avilés.
MARIDAJE
En este libro hablo de otro vino do Condado, que recomiendo con un salmonete al ajillo, el pescado más fuerte de sabor del mar y único capaz de soportar estos aromas.
Éste es aún más perfumado, de modo que no hay pescado que aguante, aunque en España todo el mundo lo beba así, incluso con marisco. Como es gallego…
Por el contrario con el cerdo resulta sorprendente, brillante, único, colosal. Y con un buen cochinillo, ya es entrar en la Gloria, porque ese dulce animalito, ahí donde lo ven con cara de niño empollón, tiene una carne suave, pero con una grasita fundida (al ser lechón, no tiene formado el panículo adiposo, o sea, tocino), capaz de llevarse por delante la mayoría de los reservas de Ribera de Duero con los que se suele disfrutar.
Es uno de los ejemplos más claros de malos maridajes habituales en España, de hecho, en los asadores castellanos no es fácil encontrar buenos vinos blancos, aunque poco a poco los albariños van triunfando. Hagan la prueba, no se corten si el camarero les mira con recelo.
Cubitera con hielo y Lusco. Verán como después de un bocado el vino limpia deliciosamente la boca sin interrumpir los aromas del cerdito, y viceversa, el vino gana en fuerza y fragancias.