Mar de Frades
Bodega Mar de Frades
DO: Rías Baixas
Uvas: 100% Albariño
Crianza: No
P.V.P.: 12 €
Otros vinos de esta bodega:
Finca Valiñas
Bonito a la parrilla, con un Albariño fresco
Extracto del libro COMER CON VINO, Maridajes de la buena mesa española, del que pueden ver más pinchando en +
Cuando digo fresco, obviamente no me refiero a la temperatura, sino a su temperamento, y es que hay albariños cálidos y empalagosos, y otros secos, tajantes, con notable acidez, y sin fragancias que perturben el sabor de los mariscos, y éste es uno de esos.
Es una de las pocas grandes fincas de Rías Baixas, en el consejo de Meis, divisando el llamado Mar de Frades (mar de los frailes), un rinconcito de la ría de Arousa, en una ladera abierta al norte (la nueva bodega es una preciosidad que hay que visitar), lo que da ese carácter tan exclusivo al vino de la botella azul en la que aparece un barquito cuando está a su temperatura ideal.
El Plato
Hasta hace relativamente pocos años, el consumo de bonito fresco era patrimonio de Asturias y Vascongadas, porque ni en Galicia se acostumbraba a comerlo de otra forma que no fuese en conserva.
Hoy ya está asociado a las barbacoas veraniegas por media España, aunque raramente se prepara “comme il faut”, o sea, con el fuego muy fuerte para que se caramelice por el exterior y quede crudito por el centro, para que quede jugoso.
Hagan la prueba poniéndole especias montaraces, tipo tomillo, comino, y orégano, sin sal en el fuego y, ya fuera, unas escamas de Maldon.
MARIDAJE
Yo creo que con la ensaladilla rusa pasa algo parecido al fenómeno de las croquetas, que nadie se atreve a reconocer su pasión por ella, pero así, como quien no quiere la cosa, cuando se pone a tiro, no la perdona ni Ferrán Adriá.
La versatilidad del bonito permite hacer mil platos (en esta web hay medio centenar de recetas), pero ésta es la más canalla, la más veraniega, la más irresistible.
Preparen ustedes una buena ensaladilla, con gambitas frescas y mahonesa casera, y luego la barbacoa hortera en el jardín, y verán que triunfo.
Siempre y cuando acompañe un gran vino, claro, un Albariño capaz de refrescar la boca con su acidez y poner un toque de perfume al conjunto, porque el bonito es como el pollo, que tiene pocos aromas y mucho donde masticar, así que agradece las fragancias afrutadas de estos vinos que, junto a pescados finos tipo lenguado, serían demasiado perfumados.
Ya expliqué que, dentro de ser un magnífico albariño, éste no es excesivamente aromático, porque tiene más boca que nariz.
Yo probé con un Godello de Valedoras y no estaba mal, pero hacía un poco de pastelón, mientras que éste resultó insuperable.