Sopa de cangrejo Kani no Misoshiru
Sin llegar a la consistencia de los Jiru, los Misoshiru también son sopas con el suficiente contenido de proteínas, minerales y vitaminas, como para reponer fuerzas. De hecho si le añadimos unos hidratos de carbono en forma de pasta o trigo frito, ya tendríamos todo un Jiru.
En esta receta lo propio sería partir de un hermoso centollo del Cantábrico, pero como plantear la receta desde esa perspectiva sería convertirla poco menos que en inviable, pues nos vamos al polo opuesto, a esos sucedáneos de marisco que tanto repelús me dan, pero que en determinadas circunstancias y con los debidos aditamentos, hasta pueden llegar a resultar agradables.
Ponemos las setas a remojo durante un cuarto de hora y luego, con ese mismo agua, las llevamos a ebullición. En ese mismo caldo, ponemos las algas wakame que habremos cortado finamente, añadimos el caldo Dashi-Jiru (tampoco es imprescindible, pero se encuentra concentrado en las tiendas de cocina oriental) y el miso que habremos disuelto previamente en un bol con un poco de agua.
Mientras da un hervor, desmenuzamos los palitos de surimi, para que al encontrarlos en la sopa parezcan hebras de centollo, y lo incorporamos a la sopa.
Como yakumi podemos añadir unas arandelas de puerro crudo, unas virutas de piel de limón o un puñadito de algas hijiki.
Aunque parezca todo sintético, les aseguro que al probarlo, les resultarán unos sabores más marinos que la mayoría de sopas de pescado tradicionales.
En el monográfico La Cocina Japonesa, podrá ver integrada esta receta en su concepto de menú, así como los enlaces a otras sopas japonesas y que constituyen toda una forma de alimentación tan sana como deliciosa.