Ensalada de judías pochas

En Cataluña existe una deliciosa costumbre que consiste en vender en los mercados diferentes legumbres precocinadas y listas para consumir, bien sea salteadas, como suelen hacer con las monchetas o fesols para servir con la butifarra, bien para aliñar en ensalada, ya sean garbanzos, lentejas o los mismos fesols (los de Santa Pau son algo indescriptible).

Desgraciadamente yo no he visto estos colmados en otras provincias, y bien que echo de menos esos mostradores del mercado de La Boquería, pero como recurso de fortuna suelo echar mano de las conservas, esos botes de cristal tan apetecibles y que tantos sustos nos dan porque la mayoría contienen productos chinos.

En este caso, me refiero a cuando quiero comer pochas, compro siempre la marca Gutarra, no porque me las regalen (no dan ni la hora), sino porque me parecen las más deliciosas del mercado. Además, diciendo “Pochas de Navarra” en la etiqueta, no creo que tengan el cuajo de traerlas de los huertos del Huang He.

Esta ensalada, aunque no preparada con pochas sino con alubias blancas tradicionales, es muy frecuente en Andalucía, una especie de Pipirrana con judías, y yo, como siempre, pues la he reinterpretado a mí manera.

La receta 

La receta es muy sencilla, de hecho consiste en preparar una Pipirrana y añadirle un bote de pochas.

Cortamos muy finita la cebolla y la menta, el pimiento en trocitos del tamaño de guisantes y el tomate como garbanzos. 

Ponemos todo en una ensaladera, rociamos con el aceite y el vinagre, y salpimentamos al gusto. Removemos bien y lo más complicado ya está hecho. Yo le puse unos taquitos de jamón porque tenía una paleta de Maldonado que estaba ya para caldo y rebañé esos trocitos tan sabrosos del interior la paletilla, pero poco aportaron.

Vertemos el contenido del bote de pochas y revolvemos con delicadeza para no romper las alubias.

Una vez le puse unos picatostes de pan frito y estaban riquísima, pero es un poco latoso de hacer.