Pittacum Áurea
Bodega: Pittacum
DO: Bierzo
Uvas: Mencías de más de setenta años
Crianza: 14 meses de roble francés
P.V.P.: 25 €
www.pittacum.com
Un Bierzo de autor
Extracto del libro La Bodega en casa y sus maridajes, del que pueden ver más pinchando en +
Les parecerá un poco sospechoso que ponga dos vinos de la misma bodega y hasta con el mismo nombre, sin embargo ahí está el juego, en ver hasta qué punto las nuevas tecnologías pueden hacer que dos vinos que debería ser iguales, resultan tan radicalmente diferentes.
En nombrecito de vino de autor es un recurso bastante penoso, porque el autor es el mismo para ambos productos, pero de alguna forma había que diferenciarlos y, si entran ustedes en su web www.pittacum.com y comprueban la cantidad de procesos por los que ha pasado este niño bonito, entenderán el titulito.Aunque no sea algo que suela poner como muestra de calidad, este vino suele ganar los premios más prestigiosos a los que raramente se presenta, llegando a ser considerado mejor vino de Castilla-León, con todo lo que eso implica.
Ya les he aconsejado que entren en su web para ver los procesos de elaboración porque si los describiese aquí me quedaría sin páginas, pero creo que es interesante conocerlos para saber que lo que tenemos en la copa es el resultado de un trabajo minucioso y arduo, una auténtica obra de arte de la moderna ciencia enológica.
El resultado es un vino muy intenso, con un notable trabajo de la madera nueva, pero que apenas ha conseguido domar a estas Mencías de ochenta años, con aromas a frutos negros maduros, cacaos y torrefactos, pero también con matices florales, sobre todo a violetas, y un fondo mineral que aporta una complejidad de tal calibre, que conviene dedicarle un buen rato a la cata para poder sacarle todo el partido posible antes de llevarlo a la mesa. Conviene jarrearlo y dejarlo oxigenarse un par de horas para se abra.
Con qué disfrutar de este vino
Lasaña (ver receta en Lasaña de carne y calabacín)
Parece un poco rebuscado, pero estuve haciendo varias pruebas y cuando no era porque la carne quedaba como agua, era porque el vino iba por su lado y la comida por otro, de modo que in extremis decidí probar con algo que resaltase un gran vino, y así lo dejé.
Conviene que la carne esté bien especiada para que realce la potencia del vino, ya que la pasta, la bechamel y el queso, harán el papel del bueno, dejando que el vino se luzca (es un vino de alta gama y se merece todo el mimo posible).
No pretendan maridar este vino con los clásicos platos bercianos, como ese terrible botillo que cierto periodista puso de moda, porque el vino quedará áspero e inservible. Este plato, a pesar de llevar un poco de pimentón, tiene como dominante el dulzor de la carne poco hecha, muy parecida a la de buey, por lo que el vino se mantiene firme y entero, incluso reforzado por ese sofrito ajoarriero.
También se luce con una buena cecina y hasta con el pulpo a feira, pero con las carnes, estas deben ser de vaca bien cebada o de lo contrario ni el uno ni la otra ganarán nada con el enlace.
Si hace buenas migas con algunos quesos ácidos como el Afuega’l pitu o el Cebreiro, tanto que hasta se pueden tomar con dulce de membrillo y el queso podrá la guinda.